Arruinada. Así es como está la Banda de Cornetas de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo a la Columna ‘El Amarrado’, que se tiene que enfrentar a la difícil situación que ha provocado la pandemia de la covid-19 que, unido a la falta de ayudas, lo que les lleva a la ruina. Su caso es un ejemplo de lo que viven las bandas estos días, sin poder salir a la calle y conseguir los fondos para subsistir.
Tomás García Sáez, director de esta banda, insiste en que «económicamente la banda está arruinada» y lamenta que tampoco cuenten con colaboración del Ayuntamiento. Es más, recuerda que el año pasado tenían una subvención concedida de 5.000 euros pero no pudieron cobrarla por no poder firmarse el convenio y las actuaciones. Y este año (3.000 euros) igual e incluso ya se está hablando de reducir la cantidad. Sin embargo, para la banda no se trata solo de que no hagan una actuación y no se les pague, es que ellos han estado trabajando un año para ese día y se podrían haber aplazado y no perder esa ayuda.
«No hay actividad en ninguna parte y nosotros subsistimos de lo que tocamos», insiste, por lo que es fácil entender la situación en la que se encuentran. «Además es que no hay ni pensamiento de volver a día de hoy», añade. Y estamos hablando de que no ha habido ni Semana Santa, ni las fiestas de la Santa ni Cabalgata «ni nada».
Habitualmente esta banda toca en la Semana Santa de Ávila el Viernes Santo y el Martes Santo (este año también lo iba a hacer con la Soledad) mientras que el resto de días se desplazan fuera. Cádiz, Huelva, Málaga, Jerez de la Frontera... son solo algunos de sus destinos ya que suelen tocar en lugares que son referentes a nivel nacional en la Semana Santa. Evidentemente este año no lo han podido hacer.
Al final ellos viven todo el año de lo que pueden ganar con sus actuaciones (solo la Semana Santa es un 80 por ciento) porque en su caso los músicos no pagan cuotas, todo es gratis, desde las clases, al material o el lugar de ensayo porque habitualmente la asociación tiene esos ingresos extra. Pero si se para, dice, «y no hay ayudas, estamos muertos».
La banda ha pasado de ensayar cuatro días a la semana, «y un montón de actuaciones, a cortarlo radical» y aunque se intentó volver a los ensayos no fue posible, por ejemplo por los cortes perimetrales ya que tienen muchos componentes de fuera de Ávila. La consecuencia es que llevan un año sin actividad, entre otras cosas porque no tienen una sede propia que habilitar.
La banda está formada por unos 110 miembros, de los cuales entre 30 y 35 son de Medina del Campo, Valladolid, Palencia, Segovia, Tarancón, Madrid, El Escorial, Talavera, Humanes... que quieren venir «a una banda referente de Castilla y León».
En un año normal El Amarrado actúa en el día de La Santa, Santa Cecilia, Cabalgata, para pasar a todos los conciertos de los fines de semana de Cuaresma, el pregón de la Semana Santa, el Certamen Toques de la Pasión y todo lo propio de Semana Santa, que este año hubiera supuesto conciertos en Ávila, Linares, Cádiz, Arcos de la Frontera, Nebrija y Cabezas de San Juan.
A partir de ahí les quedaría tocar en el Corpus y todos los conciertos benéficos que hacen para ayudar a hermandades o asociaciones que les piden colaboración.
Habitualmente se ensaya entre septiembre y julio, de lunes a jueves, de 21,00 a 22,30 horas. En el buen tiempo su música suena en la calle, para aprovechar la acústica externa, pero cuando hace frío se refugian en el Lienzo Norte dado que llevan «cerca de diez años solicitando una ayuda o un local pero no hemos conseguido nada». Esto supone que ellos mismos costean el pago del espacio para ensayar pero ahora están «pasando serios problemas. Estamos al límite, ahora mismo no podemos subsistir».
Ven «mal» el futuro y consideran que están «discriminados totalmente» porque «la mayoría de las asociaciones musicales tienen ayudas» y se preguntan «por qué unos sí y otros no» si estas ayudas son por el número de músicos, y ellos son 110, o por llevar el nombre de Ávila por todas partes, lo que también hacen ellos.
Ellos siempre han estado «callados», sin pedir nada y subsistiendo con sus medios, pero han llegado a un punto en el que están «en números rojos» y es «una banda que ha dado mucho a la ciudad y sigue dando», insiste García Sáez, por ejemplo saliendo a tocar gratis el día de La Santa o con otros conciertos.
«Nos estamos jugando que la banda pueda seguir o no», porque la pandemia les cogió con una importante inversión en uniformes de los que les queda pagar la mitad y también deben dinero al lienzo. Es decir, están en números rojos.
Ahora alzan la voz y critican, por ejemplo, que municipalmente, con excepción del concejal de Cultura que, tras hablarle, «reaccionó y nos llamó, ni siquiera nos han hecho mención en ningún sitio», ni siquiera les preguntan cómo están, afirman. Y sucede en un momento en el que están planteando la desaparición de la asociación. Y es «una de las pocas asociaciones musicales en Ávila en la que puede participar cualquier niño que no tenga posibilidades económicas» porque se le aporta instrumento, uniforme, clases de solfeo, profesores y incluso les permite salir a disfrutar y viajar. «Yo creo que eso se merece un premio después de 22 años luchando por la ciudad y la gente», concluye.