El humor clásico y blanco del circo

Mayte Rodríguez
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Julián y Pendorcho hicieron reír en el Palacio Bracamonte en un espectáculo de clown que responde a los cánones tradicionales

El humor clásico y blanco del circo - Foto: David Castro

Un circo en la ruina tras la huida de todos sus artistas por falta de pago, un propietario avaricioso y soberbio -don Julián- cuyo único activo para sacar adelante la función es el empleado de mantenimiento -Pendorcho-, que en su fuero interno aspira a ser payaso  pero cuyas cualidades son mas bien limitadas, aunque suple sus carencias con un descaro a prueba de bombas. Bajo este hilo conductor, transcurrió este sábado, en en el marco del Festival Internacional de Circo de Castilla y León y en el patio del Palacio Bracamonte -en un pase de mañana al que seguiría otro de tarde- 'El circo del señor Julián', un espectáculo basado en el clown clásico, donde cada uno de los dos personajes representa un papel: el listo y el tonto, en román paladino, aunque en el transcurso de la función ambos roles fueron intercambiándose de forma sutil, al mismo tiempo, que el público reía con las ocurrencias y la desvergüenza de Pendorcho, que comenzó luchando en su particular y cómica guerra contra una aspiradora y acabó sorprendiendo al respetable y al propio don Julián con su dominio del monociclo, desatando los aplausos y la empatía del público, que disfrutó de un personaje descarado y jeta, aunque con un punto de ternura ante el estricto don Julián. 

El humor clásico y blanco del circo
El humor clásico y blanco del circo - Foto: David Castro
Mientras el dueño del circo se empeñaba en recuperar a los artistas desaparecidos, Pendorcho hacía de las suyas y trataba de demostrar sus dotes circenses, entre ellas también la magia que desplegaron ambos personajes, que sin duda se metieron al público en el bolsillo.