Mascotas y caballos bajo el amparo de San Antón

E.C.B
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Más de 80 equinos de la Asociación de Amigos del Caballo y numerosos perros, pero también gatos, pájaros, hámsters y tortugas acudieron a ser bendecidos por el Santo junto a la basílica de San Vicente

Mascotas y caballos bajo el amparo de San Antón

El frío que acompañó toda la jornada del domingo en la ciudad no impidió que numerosos abulenses cumplieran un año más con la tradición de acercarse hasta los exteriores de la basílica de San Vicente con sus mascotas para buscar la protección de San Antón.

Numerosos perros de muy diferentes razas, pero también algunos gatos, hámsters e incluso varias tortugas, conejos y canarios figuraban entre los muchos animales que recibieron la bendición del párroco de San Vicente, Fernando Gutiérrez, y como no, los caballos, que en un número cercano al centenar fueron desfilando también para lograr el amparo del santo patrón de los animales, cuya festividad se celebra el 17 de enero, pero que en la ciudad se suele trasladar, si cae en jornada de diario, al primer domingo posterior a esta celebración.

Desde poco después de las doce de la mañana, los equipos con los jinetes de la Asociación Ecuestre Amigos del Caballo de Ávila, organizadora año tras año de esta gran fiesta en torno a los animales, se fueron concentrando en la zona del mercado de ganados para iniciar su ya clásico recorrido por las calles más céntricas de la capital.

Mascotas y caballos bajo el amparo de San AntónMascotas y caballos bajo el amparo de San AntónAsí, una vez cortada la zona al tráfico rodado por la Policía Local y ordenada la gente por los voluntarios de Protección Civil, fueron los caballos los primeros en citarse con el Santo poco antes de las dos del mediodía y aunque era mucha la gente que esperaba pacientemente con sus mascotas el comienzo de la bendición, la comitiva se abrió con esos más de 80 equinos que fueron desfilando por la plaza de San Vicente, en ordenada fila y con jinetes de todas las edades, adultos y también niños, que a su paso recibían de mano de los organizadores los tradicionales bollos preñaos.

En su recorrido, que discurrió por la avenida de Madrid, la carretera de Burgohondo, la subida del Rastro, el Mercado Grande, la calle San Segundo, calle El Tostado y Lope Núñez, para luego continuar tras la bendición por la avenida de Portugal y la avenida de Madrid, ya de regreso junto al Lienzo Norte, se llevaron todas las miradas de los abulenses y visitantes, pues no todos los día se ve a tantos equinos paseando por el centro de la ciudad.

Y tras el momento de los caballos, llegó el de los animales domésticos, con las clásicas aglomeraciones porque todos estaban deseosos de recibir la protección de San Antón para sus mascotas y llevarse el bollo preñao, mientras sonaba la música de las dulzainas del grupo Rebolada. Una tradición que se recuperó en 1994 y que año tras año congrega junto a la basílica románica a cientos de personas, muchos de ellos con sus animales y otros para disfrutar del momento.

Mascotas y caballos bajo el amparo de San AntónMascotas y caballos bajo el amparo de San AntónEntre esos ciudadanos se encontraba, por ejemplo, Joana, que explicaba que era la primera vez que acudía para que bendijeran a su perrita Vela y aseguraba que le hacía «mucha ilusión».

También entre los presentes estaba Rosa, que había acudido con sus tres perritos Arnold, Nana y Lucas y que explicaba que «vine hace mucho tiempo con otro perro que tenía, pero con estos no había venido nunca y he vuelto porque están malillos los tres y quiero ver si hay más solución que la del veterinario en este momento».

Alejandro, por su parte, llevó hasta San Vicente a sus dos hámsters, Cerveza y Vino, para que les bendijeran. Era, como indicó, «el tercer año consecutivo» que acudía a la cita con San Antón y aseguraba que le hacía «mucha ilusión que les bendigan».

Mascotas y caballos bajo el amparo de San Antón
Mascotas y caballos bajo el amparo de San Antón
Y otra que no quiso perderse esta cita fue María, que participó en este día tan especial con sus tortugas Fernanda y Feelday, de 17 y 14 años, respectivamente, y que comentó que ya había acudido con ellas otros años. «Las tengo desde hace mucho tiempo y para mí lo son todo. Son muy buenas, como un perrito, y llevan viniendo muchos años a la bendición de San Antón y por eso viven tanto, porque las traemos todos los años», señaló.