La sociedad de la nieve', el drama basado en la historia real de los supervivientes del accidente aéreo de los Andes de 1972 rodado por J.A. Bayona y que optará al Oscar en las categorías de Mejor Película Internacional y Mejor Maquillaje y Peluquería, fue la cinta triunfadora en la 38 edición de los Goya celebrada el pasado 10 de febrero en Valladolid al lograr 12 de los 13 premios a los que optaba, entre ellos mejor película, dirección y fotografía. La ceremonia de entrega de los Goya se vivió con especial ilusión en la pequeña localidad abulense de La Torre, de donde procede la familia materna de Jorge Adrados, el ganador del Goya al Mejor Sonido junto a Oriol Tarragó y Marc Orts por su trabajo en 'La Sociedad de la Nieve'.
Los vecinos de La Torre, donde vive la madre de este sonidista, a buen seguro que siguieron con emoción la entrega de estos premios a los que por primera vez estaba nominado su paisano que finalmente se alzó con la estatuilla. Un galardón que Adrados dedicó «a mi familia, a mis amigos y a todo el equipo de esta película». También a Peter Glossop, quien en 2004 le dio la oportunidad de comenzar a trabajar en proyectos fuera de nuestro país y en producciones internacionales a las órdenes de directores como Ridley Scott o Woody Allen. De hecho, como microfonista y para Glossop, Adrados ya había trabajado anteriormente con José Antonio Bayona, en este caso en 'Lo Imposible' y en 'Un Monstruo viene a verme'. Tras años como microfonista, trabajando prácticamente siempre fuera de nuestro país, desde 2013 ejerce como jefe técnico de sonido, función que ha desarrollado en títulos para cine y televisión del calibre de 'Narcos', 'Exodus', 'Jack Ryan' o 'The Crown'.
En su intervención al recoger el premio también agradeció este sonidista con raíces abulenses su galardón a Ricardo Serrano, un amigo de la infancia que le metió los perros en danza del cine y gracias al que descubrió la que sería su profesión. «Me dijo que quería ser director de cine y empezamos a hacer cortos», recuerda Adrados cómo empezó la relación con el Séptimo Arte de un chaval de 14 años del madrileño barrio de San Blas. «Es muy emotivo porque venimos de un barrio muy humilde», reconoce el flamante ganador del Goya a Mejor Sonido al recordar sus orígenes y antes de asegurar que «los sueños se cumplen con constancia y trabajo». El ejemplo es él.
Sobre 'La Sociedad de la Nieve', que no solo le ha dado un 'Cabezón' sino muchas alegrías en lo profesional, reconoce Adrados que fue «un proyecto muy complicado» y sin duda «la producción más extrema en la que yo he estado y creo que estaré». Y es que ese rodaje se llevó a cabo en localizaciones «reales, a varios miles de metros de altitud, con frío y humedad», lo que hizo que su trabajo fuera muy complicado y exigente. «Fue como un reallity show pero a 3.000 ó 4.000 metros de altitud», explica Adrados lo complejo de su trabajo en el último film de Bayona con un reparto muy coral y donde pese a lo extremo de las localizaciones «nos las teníamos que ingeniar para que se escuchara bien a los actores y para que los micros no se vieran».
«Está siendo todo muy emotivo. Estoy desbordado de mensajes de cariño», responde cuándo se le pregunta qué se siente al ganar un Goya que, reconoce, descansa en su casa y en concreto en la habitación de su hija que pese a su corta edad vivió el premio con mucha emoción.
Aún con resaca, al menos la emocional, y casi sin pasar por casa, Jorge inició el pasado lunes, apenas dos días después de recoger su premio, un nuevo proyecto audiovisual en Toledo. Una producción para Amazon Prime de la que no puede dar más información y que le llevará a pasar las próximas semanas en la ciudad castellano manchega. Sin embargo, confiesa que antes de que acabe este mes se escapará a Ávila, a su pueblo, La Torre, donde siendo niño y adolescente acudía todos los veranos, para visitar a los suyos y compartir con ellos la alegría por un premio que en parte también nos hace sentirnos orgullosos a los abulenses.
soñar a lo grande. Ganar el Goya ha sido «un sueño», reconoce Adrados, sobre todo porque son los compañeros de profesión, los miembros de la Academia de Cine, quienes otorgan este reconocimiento. Y puesto a soñar reconoce que estar nominado a los Óscar sería ya el «culmen» de una carrera que en su caso está plagada de logros por cuanto puede presumir de haber trabajado con los mejores directores del mundo y para grandes superproducciones internacionales. «Es difícil; nunca se ha nominado a ningún español para el Sonido ni a ninguna película española... pero estar en los Oscar es el top de nuestro negocio», reconoce este técnico de sonido que dentro de su profesión ha cumplido ya tantos sueños que no renuncia a seguir soñando a lo grande.