Es mucho más probable que seamos víctimas de un robo o de una estafa a través de nuestro teléfono móvil conectado a Internet que de forma presencial. Pese a que no veamos a los delincuentes en persona, el daño que ocasionan es tan perjudicial o más porque al destrozo económico se suma una sensación de indefensión quizá mayor por parte de la víctima. A los datos en este sentido que vienen revelando la Policía Nacional y la Guardia Civil se suman ahora los de la Fiscalía Provincial de Ávila, que cifra en 865 los casos de criminalidad informática registrados en la provincia en un solo año, de los que casi el 90% están relacionados con estafas informáticas online, según figura en su memoria anual de 2023, que constata un incremento de los delitos de esta naturaleza respecto a los cometidos el año precedente. «Se cumplen los pronósticos de años anteriores, en los cuales se determinaba este aumento más que progresivo de la criminalidad cometida a través de internet, fenómeno que seguirá incrementándose en años venideros por cuanto que la tendencia a delinquir utilizando estos medios va en aumento exponencial», vaticina la fiscal delegada en esta especialidad.
En la provincia de Ávila, las estafas telemáticas más frecuentes son las que se cometen a través de «usurpaciones de identidad en cuentas bancarias online o por teléfono», advirtiendo la Fiscalía del «hándicap» con el que se encuentran a la hora de afrontar estos casos, ya que «las entidades bancarias cada vez se responsabilizan menos desde un punto de vista subsidiario con los ataques a la seguridad de sus sistemas informáticos, desprotegiendo aún en mayor medida si cabe al perjudicado». Dada la situación, considera necesario «concienciar» a los bancos de «su responsabilidad» en este sentido, «debido principalmente a la facilidad hoy existente para la apertura de una cuenta bancaria por persona distinta de la promotora y a la absoluta falta de filtros de las entidades bancarias a la hora de identificar a quién es la persona que está aperturando dicha cuenta corriente», plantea la Fiscalía de Ávila, que aboga por «revisar los sistemas de contratación a través de dichos medios, por cuanto que los mismos facilitan la impunidad de dichos hechos delictivos», plantea.
Pero la usurpación de la identidad del titular de la cuenta no es la única modalidad de estafa online. Otra cada vez más frecuente es llevarla a cabo haciéndose pasar por una entidad bancaria, a través de mensajes conectados a una URL y que, pinchando sobre la misma, redirecciona a una página exactamente igual a la del banco, «logrando de este modo confundir a los usuarios logrando las contraseñas necesarias para acceder a cuentas de los perjudicados», detalla la Fiscalía de Ávila, a la luz de los casos en los que ha intervenido.
También hace una mención especial a las llamadas 'estafas del amor', cuyas víctimas son mayoritariamente mujeres que entablan amistad con una persona que conoce a través de redes sociales y que, a través de «artificios engañosos sobre su puesto de trabajo y la necesidad de obtener dinero del que no dispone por lo recóndito de su ubicación, consigue que la perjudicada lleva a cabo transferencias de su propio patrimonio, llegando a pedir inclusive en alguna ocasión préstamos a los bancos», revela la Fiscalía. «Aunque puede parecer una estafa a simple vista muy básica, lo cierto es que lleva a cabo un entramado de transferencias a distintas personas en su condición de muleros, lo que no hace sino imposibilitar la averiguación del autor de los hechos, llegando a obtener de este modo cantidades por encima de los 80.000 euros», subrayan las mencionadas fuentes, que cifran en hasta 300.000 euros el valor de algunas de las transferencias realizadas voluntariamente por víctimas de este tipo de estafas 'del amor'.
También forman parte de la llamada ciberdelincuencia los delitos de amenazas y coacciones cometidos a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICS), de los que se han incoado una decena en el año recogido en la Memoria Fiscal, así como cuatro delitos de injurias y calumnias, «aunque casi el 95% quedan en delitos leves, en la mayoría de los casos relacionados con la violencia de género», a los que hay que sumar seis delitos de pornografía infantil o de personas con discapacidad y/o 'grooming', diez delitos de captación/difusión no consentida de imágenes íntimas, entre otros.
En cuanto a los delitos informáticos sentenciados, se produjeron 13 sentencias condenatorias de estafas telemáticas y una de tenencia de pornografía infantil en el período recogido en la Memoria Fiscal 2023.