Un punto de encuentro entre ciencia y tradiciones

E.C.B
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El proyecto de la Laguna del Oso by Kerbest está 'Abierto por obras' con actividades de convivencia que conectan con la tierra

Un punto de encuentro entre ciencia y tradiciones - Foto: Isabel García

Primero fue una idea que después se convirtió en un sueño y hoy podemos hablar de una realidad que se está materializando en un espacio natural en plena comarca de la Moraña. Hablamos del proyecto de la Laguna del Oso by Kerbest que como bien dice el director de la Escuela Kerbest, José María Olarieta, es un punto de encuentro entre las tradiciones propias del mundo rural y la evolución necesaria para adatarse a los tiempos actuales a través de la tecnología, la ciencia y la nueva sociedad.

Una conexión «para nada complicada» pues como explica Olarieta, «si respetamos los tiempos de la naturaleza y de la vida, vemos cómo van encajando todas las piezas, pues muchas de las cosas que pretendemos realizar ahora estaban ya en estos pueblos, como la idea de recuperar, de reciclar o de reutilizar». «Cuando hablamos de educación ambiental o de gestión del territorio, muchas de las formas de hacerlo nacen en esta cultura ancestral y lo que pasa es que la sociedad avanza, los tiempos cambian y es necesaria una adaptación», comenta el director de la Escuela Kerbest, quien indica que «la ciencia nos ha permitido mejorar esas circunstancias y es una de las cosas que queremos hacer desde el proyecto de la Laguna del Oso by Kerbest, aplicar esa tecnología respetando los oficios y las tradiciones».

De esa forma, en ese espacio natural de 132 hectáreas de superficie y más de 20.000 pinos se están poniendo en marcha una serie de proyectos que van cobrando vida para unir ganadería y agricultura, de forma que sean los animales con su trabajo y con su vida en el territorio los que permitan la recuperación del suelo, que es el eje fundamental de este proyecto. «La ganadería, con el manejo holístico que estamos realizando en la Laguna del Oso by Kerbest, nos permite recuperar el suelo y aumentar su biodiversidad, al tiempo que conseguimos que los animales crezcan más sanos y con mayor calidad», subraya Olarieta, quien deja claro que todo ese trabajo se realiza «desde el respeto a la cultura y el entorno».

Y es que como señala el director conservacionista de este espacio natural, Juan Carlos Soto, «la conservación tiene que ver principalmente con los cuidados y precisamente Kerbest significa los mejores cuidados, y de lo que se trata es de contar en este espacio con un plan de desarrollo para el cuidado de la salud ambiental de este territorio». De hecho, el proyecto Laguna del Oso by Kerbest tiene como premisas la gestión sostenible y la custodia del territorio.

«En este espacio natural vamos a crear una reserva biológica que nos va a servir para investigar el comportamiento tanto de la flora como de la fauna y ese proceso de investigación que realizaremos en colaboración universidades, será parte de la actividad científica, aunque luego tendremos la parte de actividad de ciencia ciudadana, con actividades que realizaremos a lo largo del año con todas las personas que se quieran acercar aquí para conocer mejor la biodiversidad de la Moraña», indica Juan Carlos Soto.

Y dentro de ese papel fundamental que tiene la ganadería en todo este proceso, dado que el proyecto Laguna del Oso by Kerbest está impulsado por una familia de cuatro generaciones de ganaderos de vacuno y porcino, que muestra cada día su pasión por los animales, por el campo y por el medio rural; y en esa apuesta por la innovación que es una de sus señas de identidad, en este espacio natural están criando dos razas de vacunos poco comunes por estos lares, una cabaña de Hereford y otra de bueyes de wagyu. La primera, según indica el director financiero y socio del Grupo Kerbest, Diego Pascual, porque «estamos metidos e un proyecto de regeneración del suelo y es un animal dócil y de fácil manejo que nos ayuda en esa labor», y la segunda, porque «cuando empezamos este proyecto, un colaborador nos comentó que criaba wagyu y, como ganaderos, queríamos tener la mejor calidad y apostamos por ello».     

abierto por obras. Y mientras todo este ambicioso proyecto se materializa, con importantes hitos a corto y medio plazo como la apertura de la Casa del Oso, un hotel rural con restaurante, para el mes de noviembre, y del espacio Mar de la Moraña, donde se apostará por la formación y la transmisión de conocimiento, para la próxima primavera, «como la vida no se para por que nosotros estemos desarrollando un proyecto para acondicionar este espacio natural para poder dar esos servicios, y los animales, la naturaleza y el trabajo estamos realizando siguen adelante», como bien señala el director de la Escuela Kerbest, José María Olarieta, para compartir «esa cotidianidad» se ha puesto en marcha 'Abierto por obras', porque «es fundamental crear este espacio con todo el entorno».

Y es que otro de los ejes de este proyecto es la hospitalidad. Así, Laguna del Oso by Kerbest abre sus puertas para recibir a todo aquel que quiera conocer este espacio natural y todo lo que en él está ocurriendo. Ypara ello ofrece una serie de actividades que permiten al visitante «compartir el espacio con la naturaleza, con los pinos, con los animales, con la flora silvestre, con el silencio de la Moraña», comenta Olarieta, quien explica que 'Abierto por obras' «también significa un proyecto vivo, que aunque tengamos una infraestructura, unos conocimientos y unas actividades preparadas, estamos abiertos para sorprendernos con las personas que vienen y con el entorno».

En ese sentido, el director conservacionista del Espacio Natural Laguna del Oso by Kerbest, Juan Carlos Soto, apunta que 'Abierto por obras' es «un lugar de encuentro, porque queremos que este espacio vertebre el territorio y que esté abierto». Por ello se han planteado cinco actividades relacionadas con la convivencia con los recursos didácticos que hay en este lugar, comenzando por el acercamiento a cuidado de los caballos y continuando con paseos a través de los cinco sentidos para descubrir los aromas, el tacto de la corteza, la mirada, los olores y también el gusto a través de una foodtrack situada en la terraza de verano.

Hay otra actividad que, como dice Soto, «nos conecta directamente con el mundo de la ganadería, a través de las Hereford y los bueyes de wagyu, y ya lo hemos experimentado este verano con el campus 'Food camp' que tuvimos con chavales de Ávila», y a todo lo anterior se suma la actividad de astroturismo, que busca mirar de otra manera al cielo, descubriendo el lenguaje de las estrellas.