Una polémica envuelve la tranquilidad en la que habitan los vecinos del municipio de Casavieja, en el Valle del Tiétar. Desde hace muchos años, la localidad acoge un mercadillo semanal la mañana de los sábados que, históricamente, se ha situado en la Avenida de Castilla y León, junto al Ayuntamiento. Sin embargo, la anterior corporación municipal, del PSOE, lo trasladó a la Plaza de San Bartolomé, una ubicación algo menos céntrica. No obstante, es ahora cuando un grupo de vecinos reclaman que se devuelva el mercadillo a su emplazamiento original y acusan a la actual alcaldesa Vanessa Muñoz (también socialista y que administra con el apoyo de CIC, Candidatura Independiente de Casavieja) de que «gobierna para una parte del pueblo y no para todos».
La agrupación vecinal incluso ha recogido unas 500 firmas entre habitantes del pueblo y 32 negocios para solicitar ese cambio. Consideran que «el mercadillo es un punto de encuentro que dinamiza la vida de los locales comerciales del entorno de la Avenida de Castilla y León» y lamentan que «el comercio local está sufriendo por el cambio de ubicación del mercadillo. Varios locales han visto disminuir sus ingresos de manera cuantiosa y algunos se plantean cerrar». Por otra parte, no aceptan «los argumentos sin fundamentos» que les proporcionan desde el Consistorio, como falta de trabajadores y de dinero, cuando sí que los hay para otras actuaciones populares o para subvencionar con 6.000 euros al equipo de fútbol.
Vanessa Muñoz ha salido al paso de la polémica y de las acusaciones. En declaraciones a este periódico comentó que «tienen que estudiar si es viable volver a trasladarlo» y que «la intención de la corporación municipal es hacer una consulta al pueblo para que puedan opinar si es mejor una ubicación u otra». La alcaldesa casavejana es consciente de que hay vecinos de la Plaza de San Bartolomé (actual espacio donde se desarrolla el mercadillo) que no son partidarios de que se sitúe allí, al igual que sabe que «hay negocios de la Avenida de Castilla y León que no quieren que vuelva el mercadillo». Otro de los lamentos de los vecinos es que el cambio del mercadillo ha provocado «que venga menos gente a Casavieja», visión que no comparte la alcaldesa. «Creo que el cambio de ubicación no influye para nada en que venga más o menos gente al pueblo», opinó. Y lanzó un mensaje: «El planteamiento de que beneficiamos a unos negocios y a otros no es tajantemente mentira, porque en la Plaza de San Bartolomé no hay ningún negocio. Ni tiendas ni bares. Nada».
Esta problemática ya viene de lejos en Casavieja. De hecho, cuando la anterior corporación municipal decidió trasladar el mercadillo de espacio, según el grupo de vecinos «de manera unilateral y sin explicación alguna», ya hubo quejas, se recogieron firmas e incluso hubo concentraciones delante del Ayuntamiento. No obstante, Muñoz no sabe dar respuesta al motivo del cambio de emplazamiento. «Quizás lo cambiaron por un tema de seguridad. Las calles de acceso son estrechas y hay dificultad para que pase una ambulancia, por ejemplo», especuló la primera edil. La cuestión es que es un asunto a resolver por parte de su corporación municipal para que no se enquiste más en el tiempo, aunque, como la alcaldesa dice, «no puede llover a gusto de todos».