Las ciudades, como las personas, se definen por las historias que cuentan sobre sí mismas. En Ávila, nuestro relato ha sido durante siglos el de una ciudad marcada por la historia, la tranquilidad y el carácter auténtico de lo local. Pero todo relato tiene la capacidad de evolucionar y en un mundo donde lo digital está redefiniendo las oportunidades, Ávila puede y debe superar el relato del abandono y la falta de oportunidades
Es cierto que no contamos con alta velocidad ni conexiones fluidas con Madrid, pero estas carencias no deben definirnos como ciudad y por ello debemos construir una narrativa más ambiciosa. El relato de ciudad no es solo una herramienta de comunicación (cada vez más usada por cierto), es tmaabién una estrategia para atraer y retener talento. Ávila tiene lo que muchos profesionales digitales buscan: calidad de vida, autenticidad y un coste de vida mucho más asequible que las grandes urbes. Y aunque solo esto no es suficiente, si logramos construir una narrativa que combine nuestra identidad histórica con una apuesta decidida por la modernidad, podemos convertirnos en un destino atractivo para teletrabajadores y profesionales digitales
Sin embargo, el relato no lo es todo y debe respaldarse con acciones concretas. Una de las más urgentes y factibles es la creación de espacios de coworking y hubs de innovación, que no solo actuarían como oficinas compartidas, sino también como ecosistemas donde nacen ideas y sinergia. Estos espacios son claves para las personas que trabajamos en la industria digital y además generan economía y empleo para las ciudades. Otro aspecto importante son los eventos de formación y networking, a los que asisten profesionales de todos los rincones, y que para cualquier trabajador digital son cruciales para estar en contacto con el sector y establecer relaciones imprescindibles en la industria digital; y que además son una oportunidad económica para la ciudad.
Pero quizá lo más importante para atraer este talento, es a su vez una gran oportunidad de desarrollo para la ciudad. ¿Sabían que una de las primeras cosas que hizo Silicon Valley como HUB fue crear una escuela? Pues no fue por casualidad. El trabajador digital puede querer irse a Bali (o La Palma, ya me entienden), pero si lo mejor para sus hijos está en Ávila, elegirá esta ciudad (los lectores con hijos sabrán de qué hablo). Ávila tiene la oportunidad, y debe, desarrollar una oferta formativa especializada de alto nivel en tecnología e idiomas para niños y jóvenes que sirva de palanca para atraer a estos perfiles, y que además mejorará la formación y empleabilidad futura de los niños y jóvenes abulenses, y en esto la iniciativa privada tiene mucho que aportar en complementar la oferta de la formación pública (maravillosa la apuesta de Escuela Roots que está por venir...)
Si miramos fuera de España, ciudades como Matera en Italia nos muestran cómo un relato fuerte puede transformar incluso una pequeña ciudad histórica. Y si buscamos ejemplos más cercanos, León ha demostrado cómo un cambio de narrativa e inversiones inteligentes en infraestructura digital, pueden consolidar todo un ecosistema
Ávila no puede ser Silicon Valley (ni creo que sea necesario), pero Silicon Valley tampoco podría ser Ávila, aunque quisiera. Nuestra fortaleza está en ser lo que otras ciudades no pueden, porque lo que atraerá y retendrá talento en Ávila no serán solo las infraestructuras, sino ese relato único e inimitable que construyamos juntos.