Realmente, se trataba de un espectáculo inusitado en Ávila. Pareciera que las Fallas de Valencia se hubieran trasladado por un momento a Ávila de los Caballeros, con sus murallas y entramado medieval y castellano. Cientos de abulenses se sorprendieron ayer con el programa festivo que, organizado por la Junta Local Fallera de Carcaixent, en estrecha colaboración con el Ayuntamiento de Ávila, convirtió a la ciudad en escenario de fallas, al más puro estilo mediterráneo. Comenzó la segunda jornada festiva con una ‘despertá’ a las 9,00 horas, en la que un grupo de vecinos de Carcaixent prendió fuego a 3.000 bombas pirotécnicas en su recorrido entre el Mercado Chico y el Mercado Grande; un estruendo alegre que no dejó indiferente a casi nadie de los alrededores. Posteriormente, a las 12,30 horas comenzó una misa en la iglesia de la Santa, ceremonia religiosa que convocó a cientos de personas, que colmaron el templo, mientras otros cientos esperaban en la plaza de la Santa a que finalizara la eucaristía, que daría paso a un pasacalles muy especial.
Y es que, la Banda de Música de Ávila afinaba los instrumentos para abrir una comitiva en la que un centenar de falleras ataviadas con hermosísimos y coloridos trajes y acompañadas de otros tantos falleros, emprenderían un recorrido por las principales calles del centro de la ciudad hasta la plaza de Santa Teresa, lugar en el que a eso de las 14,00 horas, comenzó una ofrenda floral muy emotiva y singular. El grupo folclórico abulense Urdimble también estuvo presente con sus trajes castellanos y sus bailes, un ejemplo de las tradiciones abulenses que consiguió capturar el interés de los más de 600 valencianos desplazados hasta Ávila en este fin de semana. Antes, la misa celebrada en el templo que se levantó en el solar en el que se ubicaba la casa natal de Santa Teresa, ya anunciaba una jornada especial. El Coro Gregoriano de la Santa intercalaba sus intervenciones en una liturgia en la que la luz y el color de los trajes falleros y el ambiente emotivo propiciado por los centenares de personas que colmaban la iglesia impregnaron todo de un especial sentimiento entre los presentes. El recorrido por las calles de la ciudad fue marcado por la Banda de Música Ciudad de Ávila, que eligió para la ocasión obras de marcha, con amplio estímulo mediterráneo. Diferentes representantes de asociaciones de vecinos, los responsables de la Junta Local Fallera de Carcaixent y el concejal de Fiestas del Ayuntamiento de Ávila, Miguel Ángel Abad, cerraban el desfile junto a la fallera mayor de Carcaixent, la abulense Cristina Jiménez; que culminó con una ofrenda floral en la estatua de la Santa que, al son del himno de Valencia y otros piezas con marcado sabor valenciano, fue desgranado la banda abulense. También se depositaron naranjas de Carcaixent en este acto que disfrutaron, además de los vecinos mediterráneos, un buen número de abulenses que irrumpían con aplausos en no pocas ocasiones.
Una paella valenciana ofrecida en la carpa cerró los actos de la mañana. Pero quedaba el momento culminante.
Castillo de fuegos artificiales. - Foto: Antonio Bartolomé
La cremá. Cuando comenzó la noche aprovecharon los vecinos de Carcaixent que han organizado esta fiesta fallera en la ciudad para iniciar el comienzo de lo que sería la gran noche fallera en Ávila, que comenzó con la música de una de las bandas de música de Carcaixent que consiguió mover a las más de 5.000 almas congregadas en torno al lienzo norte de la Muralla a la espera la quema de un castillo de fuegos artificiales intensa y colorida, antesala de la gran ‘cremá’ de la falla instalada en la plaza central del centro de exposiciones y congresos. Impresionante era el ambiente, como impactante fue también el comienzo del fin, cuando una traca encendida iniciaba las llamas, emprendía una humareda, primero y un fuego intenso, después, que acabó con la gran figura de fallera que ha acompañado a los abulenses desde el viernes por la tarde. La lluvia hizo acto de presencia al final de este momento mágico en el que arde todo lo viejo para dar paso a lo nuevo. Se trata de una catarsis que llegó a Ávila y de cuyo propósito fue testigo directo el primer monumento de la ciudad. La Junta Fallera de Carcaixent solicitó al concejal de Turismo el indulto de uno de los ninots, una de las figuras, y el elegido fue la representación de un anciano, vecino de Carcaixent que, curiosamente, es la quinta vez que se salva de la quema y que pasará a formar parte del patrimonio de Ávila.
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La quema de la falla fue retransmitida en directo por Antena 3 Televisión.