Varios vecinos de Urraca Miguel trasladan su «impotencia» ante el «abandono» que, dicen, sienten por parte del Ayuntamiento de Ávila, dado el deficiente estado de este barrio anexionado a la ciudad, sobre todo después de las riadas que se produjeron el 3 de septiembre. El hecho de vivir en este núcleo de población «hace de nosotros vecinos de segunda o tercera categoría. Parece que el hecho de vivir aquí limita nuestros derechos ya que no son los mismos que los de otros vecinos de esta ciudad», aseguran, lo que a su juicio «pone en discusión la convivencia democrática y genera la existencia de barrios dignos y barrios de vergüenza».
En concreto, denuncian que «parece que no tenemos derecho a la limpieza de las calles. Calles que están destrozadas y son intransitables desde las lluvias del 3 de septiembre», las cuales «arrastraron tierra y piedras –algunas limpiadas por vecinos–, dado que muchas vías no están asfaltadas y ni siquiera desbrozadas, con el consecuente riesgo de incendios». Los vecinos apuntan que semanalmente viene un operario de limpieza que el jueves durante unas dos horas barre la plaza. «¿Y lo demás?», se preguntan.
Estos vecinos afean que «tampoco tenemos derecho a las canalizaciones saneadas e infraestructuras en buen estado», al subrayar que hay «tuberías llenas de vegetación y piedras que suponen, en algunos casos, un peligro para los niños por posibles caídas, además de alcantarillas y tapas en malas condiciones».
En cuanto a las comunicaciones, exponen que «no hay cobertura de móviles en gran parte del barrio, las líneas de teléfono son deficitarias y no hay wifi». El derecho a una cobertura sanitaria digna también está en cuestión, afirman, al haber sido «reducida» en los últimos años. «En el consultorio médico (al que acude el médico una hora a la semana) no hay internet, con los problemas que hoy en día conlleva, ni materiales sanitarios básicos». Aquí apuntan otro ejemplo práctico:«la escena de ver al sanitario sujetando el router con una piedra en el muro del otro lado de la calle es penosa».
Además, consideran que se ha producido el «total abandono» del medio natural. «Por mucho que el Ayuntamiento hable del medio ambiente y del cambio climático, no hay jardines y las zonas verdes que hay las cuidan los vecinos, porque nadie se encarga del riego y cuidado de las plantas». En este marco, lamentan que «se están secando árboles y no se recogen los restos de la poda ni de los desbroces hechos en ocasiones por los propios vecinos ya que las empresas adjudicatarias no cumplen su obligación» sin que eso tenga consecuencias, apuntan.
La «desprotección total contra incendios» es otra de las denuncias. «No hay boca de riego para los bomberos y, teniendo en cuenta el estado de las calles y zonas comunes, estamos 'vendidos' ante la amenaza de incendios salvo, claro está, por unas 'palmetas' que tenemos que usar los vecinos en caso de incendio».
En este marco, califican la situación de «penosa», sobre todo teniendo en cuenta que el Ayuntamiento de Ávila, como barrio anexionado, «recoge nuestros impuestos, iguales a los de cualquier otro abulense pero que no obtienen contraprestaciones debidas; las ganancias generadas por el Centro de tratamiento de residuos (CTR) de Ávila, situado en nuestro barrio, y las ventajas de tener en nuestra limitación geográfica el pantano Los Serones y las centrales eólicas».
«En definitiva es una vergüenza y una falta de dignidad de nuestros dirigentes que durante años han hecho oídos sordos a las reiteradas denuncias», añaden los vecinos en su escrito, que tampoco se olvidan, aunque en este caso dependa de la Comunidad, «de la casi nula estructura sanitaria abulense».