Ilia Galán

LA OTRA MIRADA

Ilia Galán

Poeta y filósofo


Frenarnos: impuestos y aranceles

13/04/2025

Me lo contaba entristecido, no solo por sí mismo sino también por el país, pues así no se iba a ninguna parte y todos perdían. Quería alquilar la casa en su pueblo playero y cuando miró los números vio que en modo alguno compensaba. Un tercio para la agencia, otro para el fisco y el resto apenas cubría gastos de agua, luz, etc. Mejor dejarlo vacío. Así no ganaban ni el Gobierno ni los ciudadanos: cuando el afán recaudatorio crece de modo desmesurado, muchos negocios se apagan, se cierran comercios y los inversores no emprenden. Todos perdemos: la avaricia tributaria rompe el saco. Sucede ahora con muchos negocios aplastados por la burocracia, por un lado, que cuesta mucho tiempo, trabajo y dinero, y por el excesivo peso fiscal, especialmente en Italia o España. En este último caso resulta dramático por lo que ha subido con el actual Ejecutivo, cebándose incluso entre quienes cobran el salario mínimo, una garra de Hacienda que se extiende a los obreros y más desfavorecidos para arrancarles las últimas monedas. Y luego ¿para gastarlo en qué?, ¿ministerios y puestos gubernamentales bien cebados, ocupados por necios y corruptos, diseñando planes estúpidos sobre asuntos innecesarios? ¿tasas para organizarnos la vida privada, el sexo, la memoria histórica que se quiere controlar con una nueva Inquisición amenazando a los profesores? Los grupos en el poder rapiñan para colocar a sus amiguetes, en una clásica mafia de partidos que pretenden vanamente representarnos, con extorsión incluso a los más pobres. En el Congreso, preguntaba la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, ¿qué impuesto ha promovido su Gabinete que afecte a las clases medias o trabajadores? Como si no hubieran subido e inventado casi 100 tributos en este período: crearon tasas de servicios y transacciones financieras, subieron el canon digital, los valores catastrales, la plusvalía, el IBI, el IRPF, los impuestos de sociedades, el hidroeléctrico, de hidrocarburos, de matriculaciones, sobre residuos y bebidas azucaradas, las primas de seguros y, sobre todo, aumentaron las cotizaciones a los trabajadores autónomos, una sangrante medida apoyada por el partido popular, que lastra precisamente a una parte importantísima de los pequeños emprendedores, base de nuestra sociedad y que permite una economía plural y sana, nacida muchas veces de negocios familiares o pequeños grupos.
El caos de aranceles que impone ahora EEUU, después de habernos introducido en una globalización mal planteada que hizo ganar sobre todo a los más ricos, pretende frenarla eliminando las deudas.
Llega la Semana Santa, el que entra en Jerusalén aclamado por el pueblo como Mesías será crucificado por sus gobernantes y sacerdotes, el mismo que decía «dad al César lo que es del César», pero acaso el cesarismo se ha excedido y lo mucho que nos exige no es suyo sino nuestro, pues vivimos oficialmente en una democracia. El Gobierno es del pueblo y no admitimos tiranos.