Apenas han tenido tiempo de celebrar el nombramiento de Ribera como comisaría europea a cambio de aceptar sin chistar a los representantes de Italia y Hungría, claramente situados en la extrema derecha. La satisfacción por el nombramiento es directamente proporcional a la alegría que les produce el paso en falso que ha dado el PP al tratar de evitar un nombramiento casi imposible de evitar.
La alegría lógica del PSOE, aunque sea a costa de romper el famoso cordón sanitario en el que milita en España, ha durado poco. Víctor de Aldama, en su derecho legítimo de evitar o minimizar su estancia en la cárcel, ha decidido empezar a hablar y este jueves lo hizo provocando una auténtica convulsión en el PSOE y en el propio Gobierno. Los socialistas que hablaron no dudaron en afirmar que todo era falso, que tendría que demostrarlo y que iban a iniciar acciones legales contra Aldama.
Efectivamente, Aldama tendrá que demostrar sus afirmaciones, pero afirmar de antemano que todo lo dicho no es verdad, tiene su riesgo. Con que la mitad de lo dicho fuera verdad, tanto el PSOE como el Gobierno tiene ante sí un panorama que es un auténtico sudoku. Su debilidad parlamentaria le obliga a negociaciones límites, a prometer una cosa y la contraria, a bailar siempre en el alambre y no hay comisaria europea que pueda actuar como bálsamo ante una realidad que Víctor Aldama ha venido a complicar y mucho.
Lo que tenemos por delante, con toda probabilidad, además de las anunciadas acciones legales que llegarán cuando lleguen, es una defensa cerrada del Presidente del Gobierno. Las declaraciones de Aldama ante el juez desmienten eso de que Sánchez ni le conocía, que la foto, publicada por El Mundo, fue algo casual. Esto y las acusaciones, en absoluto demostradas, de supuesto pago a Santos Cerdán, es lo que realmente preocupa. Y será en estas cuestiones en las que el PSOE se va a afanar. El objetivo socialista es ahora mismo y al menos a corto plazo salvar al soldado Sánchez.
Desde la izquierda se pide prudencia, se exigen pruebas, y cautela porque lo que quiere es librarse de la cárcel. Pide una prudencia que jamás se ha tenido con el PP, al mismo tiempo que el PP ha encontrado un filón de crítica que, cuando han sido ellos los que la han recibido, se llevaban las manos a la cabeza. Es decir, la historia de siempre. Según de quien se trate, así se reacciona y si el PSOE tiene la tentación de recordar los casos de corrupción del PP para afirmar aquello de tú más, están reconociendo que ellos también.
Nuestros políticos afirman luchar contra la corrupción, pero a lo que están jugando es a devorarse mutuamente, bien sea con la DANA, bien sea con las declaraciones de Aldama. La cosa es devorarse, la verdad hace mucho tiempo que ha dejado de importar. Y mientras se devoran, los ciudadanos están preocupados con la cesta de la compra , el precio de la luz y lo que es más importante y esperanzador es que nosotros, los ciudadanos, no nos queremos devorar. Solo vivir tranquilos.