Álvaro Mateos

El Valtravieso

Álvaro Mateos


Palabras llenas de vida

30/10/2024

El "después de la Santa", tópico abulense que indica cuando se retoma la rutina después de un tiempo de parón, –en este caso involuntario– se ha extendido un poco más de lo normal, pero aquí retomo mi Valtravieso con más ganas que nunca. Hace poco más de doce meses, comenzaba temporada abriendo esta columna de puertas hacia adentro, en una habitación de hospital. Desde entonces, la vida nos ha regalado un año de Blanca; amiga, maestra y, en mi caso, madre. 
Quiero que sea en las páginas del diario que me enseñó a ser periodista en las que desnude mi alma. Porque si uno escribe columnas como esta, lo hago en medio de un proceso en el que quiero aprender a vivir con una ausencia que no se llena. Creo que serán muchos quienes me comprendan, porque, como subrayó Juan Manuel en una preciosa homilía, «hay palabras que se llevan mal, son totalmente contrarias; se llevan mal porque hablar de madre, es ante todo, hablar de vida». Es muy difícil poner en una misma expresión las palabras madre y muerte. 
Hoy hago esfuerzos por ofrecer una columna alegre y de vida plena, como la que gozó rodeada de cariño. Una vida dedicada a la enseñanza; a dar a conocer Las Navas del Marqués y todo lo que en la villa acontecía a través de estas páginas con su compañero inseparable; una vida de viajes, de fechas y  acontecimientos que guardaba en su peculiar disco duro; de llamadas intempestivas porque sí, pero que ahora echo tanto en falta; de desvelos de madre y preocupaciones no disimuladas. 
No es coincidencia que escriba en medio de la celebración del Día Nacional del Daño Cerebral Adquirido, una realidad patente que se ha llevado a muchos familiares y a otros ha dejado con duras secuelas en medio de procesos muy difíciles. En este camino, no faltan profesionales que no solo ponen lo mejor de sí mismos, sino que aportan un extra de alma y humanidad que hacen la enfermedad más llevadera. 
Ahí están los médicos y el personal sanitario de los hospitales del Centro de Salud de Las Navas, Nuestra Señora de Sonsoles, Unidad de Daño Cerebral de Salamanca, de la Beata María Ana y Moncloa, Centro Innova de Fisioterapia, Universitario de Toledo, Asociación Iguala3 y Tres Culturas. Hoy mando a todos ellos un agradecimiento que no me cabe en el alma, como también lo hago a María, una joven nicaragüense que supo ganarse los afectos a base de trabajo y dedicación, poniendo todo su cariño. ¿Qué sería del tercer sector en España sin la ayuda de quienes, por unas u otras circunstancias, se ven obligados a dejar sus países de origen?
Seguro que muchos de ustedes han tenido que comprobar lo que supone trasladar a una persona querida en silla de ruedas, con las dificultades por la falta de accesibilidad en unos u otros entornos, aspecto en el que hay que mejorar en nuestros pueblos y ciudades. Pero hoy, nuevamente, intento quedarme con lo positivo: ver cómo, en Las Navas del Marqués, no podíamos avanzar en ese camino por quienes estrechaban la mano, lanzaban un beso, tocaban su mejilla, y recordaban lo que supuso en sus vidas. 
Entonces, tal vez no entendíamos, hoy sí: Blanca aprovechó esos instantes para despedirse de todos, para agradecerles el regalo de la amistad. Ya descansas entre pinares en tus queridas Navas y, aprendiendo de la dificultad que supone tu ausencia, te agradezco nada más y nada menos que la vida: ¡Hasta el cielo, mamá!