Una de las muestras de la evolución del comercio y de la necesidad de adaptarse a los requisitos que marca el cliente para el buen funcionamiento de los negocios es el estado en que se encuentran las galerías comerciales de la ciudad de Ávila. Unos espacios comerciales que nacieron en las últimas décadas del pasado siglo al albur de distintas zonas que tradicionalmente han acogido esa actividad comercial en la ciudad y que hoy en día no pasan por su mejor momento.
Espacios como el antiguo pasaje de Caja de Ávila, Multitienda, el Centro Comercial Ávila 2, el Centro Comercial Avenida o el Centro Comercial El Recreo son espacios que nacieron con el objetivo de aglutinar en su entorno un foco de atracción comercial, en el que se invitase al cliente a entrar para disfrutar de una galería acogedera y que hoy en día languidecen, ya que apenas uno de cada cuatro locales, de media, permanecen abiertos, y la mayoría de los que lo hacen son los que tienen una mayor visibilidad de cara a la calle.
Habría que preguntarse por las causas que han llevado a que la actividad comercial en estos espacios no haya perdurado en el tiempo y se hayan mantenido con vitalidad, pero parece lógico pensar que el cliente que acude a uno de estos lugares, además de por los negocios que en ellos emplazan, espera encontrarse un espacio acogedor en el que haya una serie de atractivos que inviten a pasar un rato agradable bajo techo, y eso en la mayoría de los casos no se da.
No obstante, eso no quiere decir que estos espacios no tengan ningún futuro, es más, deberían buscarse fórmulas para intentar que caigan en el olvido y acaben abandonados con el paso del tiempo a medida que se vayan cerrando actividades, y en algunos de ellos han encontrado un espacio ideal para desarrollar actividades algunas empresas que quizá no necesiten esa visibilidad de cara al cliente, ya que tienen otras fórmulas de entrar en contacto con ellos. Y no hay que pasar por alto que estas galerías gozan de una ubicación estratégica muy interesante.
Pero, al igual que ocurre con la actividad comercial y empresarial en toda la ciudad, la reactivación de estos espacios pasa en buena medida por promover ese espíritu emprendedor entre los abulenses y que encuentren unas condiciones idóneas para impulsar su proyecto. Y en ese punto tanto las administraciones como el tejido económico y social, y no hay que olvidarse del educativo, deben ser los que impulsen, trabajando conjuntamente, unos planes, con medidas eficaces que de verdad lleguen al ciudadano, que inviten a cambiar la dinámica comercial y empresarial en la ciudad, para fomentar la recuperación de espacios, como estas galerías comerciales, que contribuyan a hacer ciudad e impulsar con una nueva vitalidad a las zonas tradicionales.