Tengo que ir al dentista, urgente, duele mucho... Miro, pido cita, mañana mismo. Así sucede porque gozo de una mutualidad como funcionario. Lo mismo sucedería con un especialista, -¡conseguido!-. Como vivo en una gran ciudad, si no es uno, otro será. ¿Es un privilegio? Sin duda, pero también muy útil para el sistema estatal. Policías, docentes y otros funcionarios civiles se incluyen en esas aseguradoras que nos atienden pronto, mientras que nuestros excelentes médicos, en la Seguridad Social, cada vez pueden menos, porque somos muchos, más viejos y no se han destinado los recursos suficientes para el sistema sanitario. Se gastan en muchas tonterías, en gobiernos inflados, elaborando leyes ineptas, en cargos que cargan sobre los hombros de los ciudadanos, donde colocan a sus amiguetes los partidos, en contra de la voluntad popular, contra la democracia, una vez más.
Si no tuviéramos estos seguros habría que pedir cita en la sanidad pública y esperar tal vez meses a que reparen nuestros cuerpos, a veces, como el mío, decadentes. Mas no nuestras capacidades mentales para cumplir con nuestros deberes. El funcionario que no es curado rápido queda estropeado e incluso se da de baja, dejando de funcionar, su trabajo abandonado, el sistema estatal perjudicado: todos perdemos. Para eso inventaron estos modelos, para que cumplamos bien nuestra labor, y no como esos políticos ineptos y por ello infectos, de un partido u otro que, cuando hay una catástrofe, como la de Levante, se echan las culpas unos a otros, y la tienen muchos -¡indecentes!- pues colocan en lugares clave a quienes no saben, a gente no preparada, a sus amiguetes, en vez de quienes saben. Por eso se hacen oposiciones a funcionarios, intentando seleccionar a los mejores para bien de todos. Así debería ser.
Muface, el sistema asistencial, se derrumba por falta de dineros, para eso, mientras se derrocha en enviar armas para una guerra que nadie quiere o para otras eventualidades,. Tal vez Trump nos salve de la amenaza rusa, logrando por fin la deseada paz, aunque no todo quede como era, habrá que negociar...
Esto no es sino el preludio de lo que nos aguarda en el futuro, largas listas de espera y un deterioro de lo que funcionaba correctamente en los servicios públicos. La población envejece, las enfermedades o males crecen, como en los edificios las goteras emergen cuando los años transcurren: en general, hacen falta más recursos para la sanidad.
Los funcionarios han de funcionar bien, con exigencia. Cuando no los había, los cambios en los puestos esenciales de la administración o en otras instancias provocaban catástrofes, pues cada partido ponía a sus amigotes, echando a los anteriores, quedando como cesantes. El país perdía, así que se decidió hacerlos fijos, para evitarnos problemas a todos, pero para funcionar bien, han de gozar de buena salud.