Soraya García

Un guiño a lo nuestro

Soraya García


No son cosas de niños

10/05/2024

No, no son cosas de niños. Uno de cada cuatro alumnos de primaria y secundaria son víctimas de acoso escolar. Hace unos días en estas páginas de Diario de Ávila y coincidiendo con la celebración del Día Internacional contra el Bullying, conocíamos que en 2023 en las aulas abulenses se confirmaron 9 casos de acoso escolar. Si nos fijamos en el conjunto de Castilla y León, las cifras ascienden a 41. Son el triple que el curso anterior.

Solo con estos datos podemos darnos cuenta de que el acoso escolar está en auge y hay que frenarlo. Como antes decía, son 41 casos confirmados en nuestra Comunidad. Pero, ¿cuántos conflictos de este tipo no se habrán denunciado por miedo o ni siquiera se habrán puesto en conocimiento de sus familias o profesores por parte de los pequeños? Ahí está la clave. La sensibilización sobre este tema es primordial. Los pequeños de la casa tienen que saber que si están sufriendo algún tipo de acoso pueden contarlo a su entorno de confianza. Hay que ser conscientes de que muchos de estos casos se pueden detectar desde las primeras etapas de primaria. Prevenir el acoso y detectar posibles casos en edades tempranas es tarea de todos: familias y entorno educativo.

De hecho, los centros educativos se esfuerzan en realizar actividades para combatir esta lacra. Porque ante la violencia y el acoso en las aulas, tolerancia cero.  Y las familias debemos ser también parte esencial en esa lucha. Ante cualquier conflicto de nuestros hijos con otros compañeros, hay que ocuparse de conocer lo que realmente ha pasado. Sí, lo normal es que cuando se produzca un problema en el aula, éste sea solucionado en el colegio. Pero si los episodios se repiten, debe saltar la alarma, tanto en casa como en el centro escolar.

Y aquí quiero ponerme del lado de la víctima. Si un niño o niña cuenta en casa que se siente atacado, que le insultan o le pegan en el recreo, no hay que pasarlo por alto. Lo mejor es tener una comunicación directa con el centro, plantear el problema y ver qué protocolo seguir. Los centros escolares saben lo que hay que hacer. Cada caso es diferente y desde el aula se pueden dar muchas soluciones. De ahí, la importancia de dar voz a la infancia para que el acoso escolar no llegue a los cursos de secundaria. Una etapa en la que los dispositivos móviles pueden dar paso al ciberacoso. Por tanto, pongamos todos de nuestra parte e inculquemos a los más pequeños de la casa que, ante cualquier conducta violenta de un compañero hacia otro, no deben girar la cara hacia otro lado. Ponerle freno es cosa de todos.