M. Rafael Sánchez

La mirada escrita

M. Rafael Sánchez


La poesía de la tierra

21/07/2024

A quien pueda y quiera, cada mañana la Tierra le envía su carta de buenos días escrita con luz y aire limpio. No en todo lugar esto puede ocurrir, pero sí en esta pequeña porción del planeta que aquí habitamos, porque en el territorio abulense, la Tierra tiene muchos escritos hermosos y diversos. El argumento de las cumbres de Gredos es el esfuerzo compensado y los rescoldos vivos de vida salvaje. No hay geopolítica entre sus valles y cimas. Y si viajamos por estas largas llanuras morañegas, será el encontrarnos con las sorpresas de lavajos y bosquecillos entre sus campos de trigos, colzas y recientes lavandas. En esta pequeña provincia hay puentes de luz azul entre montañas, valles y llanuras y aquí nos encontramos con la memoria antigua de la Tierra, esas almas de piedra y agua que danzan con la lluvia. Y luego, en la negritud infinita de la noche, si alzamos la vista nos iluminará el rostro un cielo de estrellas infinitas.

Si se conservan en casi toda su intensidad muchos de los espacios naturales abulenses ha sido gracias a un puñado de activistas de defensa de su naturaleza. Han sido muchos los intentos de de modificarlo para obtener un beneficio particular. Algún día habrá que inventariar en detalle todas las tropelías que se hicieron y todas aquellas que se pudieron evitar gracias a la lucha –no siempre comprendida por sus paisanos- de estos quijotes. Son los poetas que con hechos escriben a la tierra. Y hay un puñado de gentes de aquí que han logrado que Gredos, sierra de Villafranca, Campo Azálvaro o río Adaja, a pesar de los problemas de conservación que tienen, aún podamos decir que son lugares con vida y que en ellos encontramos retazos de intensidad edénica.

Hoy más que nunca parece que el objetivo de la vida humana es el disfrutar y cada cual tiene sus fuentes donde encontrarlo y vivirlo. Hay disfrutes sencillos y que no provocan ruidos, grandes gastos y que son los mejores remedios para la salud. Si preguntáramos a toda la población cuál es la mayor fuente de disfrute que tiene, creo que ganaría la naturaleza. Mi amigo poeta José Luis Sánchez, hace unos años me escribió estas palabras: "Hay tanto bello en este mundo y que debiera ser conocido, que si lo supiéramos, si llegáramos a conocerlo, bajarían estrepitosamente los índices de audiencia de la telebasura. Nuestro es el reto de exponer a nuestros niños a la belleza, de enseñarles a amarla, a buscarla en los lugares más insospechados."

El viejo poeta y activista Gary Snyder ha vivido y vive inmerso en la naturaleza salvaje. Su poesía está anclada en la Tierra y en su defensa: "La naturaleza no es ningún lugar a donde ir de visita. Es nuestro hogar." En su poema Para los niños, escribe: "El siglo que viene / o el siguiente, / dicen, / habrá valles, pastos, /nos podemos encontrar allí en paz / si llegamos. / Para subir estas cumbres venideras / una palabra para ti, para / ti y para tus hijos; / estad juntos / aprended las flores / id ligeros."

Pertenecemos a la Tierra. Sin ella, ¿qué nos queda? Prueben a escaparse a tocar el horizonte o a interpretar la suite del agua sumergiéndose en una fría garganta. Luego pregúntense porqué de tanta belleza y cuál es el espíritu de la Tierra, que seguro lo habrán palpado. Que pasen un buen verano y no olviden que la belleza cada día se reinventa, pero siempre necesita que la cuiden.

Foto: ANA JIMÉNEZ (@ginger_ajm)