Navarredondilla se volcó este domingo en el último adiós a Francisco Javier Ortega, el policía nacional que falleció el viernes arrollado por un tren en Madrid al ser arrastrado a las vías por una persona a la que estaba identificando durante un forcejeo.
La iglesia de Santiago Apóstol de esta localidad del Valle del Alberche se quedó pequeña para acoger a los cientos de personas, entre familiares, compañeros, amigos, vecinos y autoridades, que no quisieron faltar a la despedida del agente, un joven «muy querido» en el pueblo, donde prácticamente se crió con su abuelo y su hermana, y también en Ávila, donde residía. Tras el multitudinario y cálido funeral religioso, el féretro fue portado a hombros por compañeros del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y arropado por más de medio millar de personas en su recorrido hasta el cementerio de la localidad, donde recibió sepultura.