Como cada año, San Antón llama a las puertas.Cada 17 de enero, los amantes de los animales celebran a su patrón con una cita que en el caso de Ávila se vive por partida doble. Y es que, a la tradicional celebración de las Luminarias enSan Bartolomé de Pinares, se suma la bendición de los animales que se organiza frente a la basílica de San Vicente y que este año tendrá lugar este domingo 19 de enero.
Organizada por la AsociaciónEcuestre Amigos delCaballo de Ávila, la cita arrancará, como ya es tradicional, en el mercado de ganados. Allí se reunirán a partir de las 12,00 horas las monturas que posteriormente recorrerán el centro de la ciudad, dejando preciosas imágenes para el recuerdo.
El grupo partirá de las inmediaciones del Lienzo Norte hacia la avenida de Madrid, y pasará, entre otros enclaves, por la carretera de Burgohondo, la subida y el paseo del Rastro, el MercadoGrande, la calle de San Segundo, la plaza de la Catedral y la calle delTostado, antes de desembocar frente a la basílica de San Vicente.
Allí, un año más, tendrá lugar la tradicional bendición, a la que están invitados todos los abulenses que deseen acudir con sus mascotas.
Será aproximadamente a las 13,45 horas cuando tenga lugar esa bendición. Y desde allí, el grupo de caballistas regresará al mercado de ganado por la avenida de Portugal y la avenida de Madrid.
Ladillo. La bendición del año pasado estuvo protagonizada por la presencia en la calles de un centenar de monturas. Ellas, al igual que sus jinetes, desfilaron ante la basílica de SanVicente donde el párroco, Fernando Gutiérrez, asperjó a los presentes.
El año pasado llamó la atención entre el público la presencia de los bueyes y equinos de tres carros y un enganche de la Real Cabaña de Carreteros de Gredos.
Perros, gatos, periquitos, cobayas y hasta algún que otro pez desfilaron ante el sacerdote para, como manda la tradición, recibir la bendición que les protegería durante todo el año.
Esta tradición, por cierto, se remonta a la Edad Media y tiene que ver con la figura de San Antón y el deseo de los hombres del campo de proteger a sus animales, sustento fundamental en sus vidas.