En este mes hemos asistido, en Ávila, a varios actos de recuerdo de los Derechos Humanos, con claras diferencias entre ellos. Por una parte, una docena de organizaciones, de distintas sensibilidades sociales, políticas, sindicales, religiosas y pacifistas, organizaron una lectura pública para recordar que son de todos y de todas, y que deben ser respetados y reivindicados de forma constante.
Por otra parte, la Universidad Católica, junto al Ayuntamiento de Ávila y la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, han organizado varias acciones desde del Proyecto Cultural sobre Derechos Humanos, en colaboración con la Fundación International Solidarity for Human Rights.
Podría considerarse que las acciones conmemorativas tienen el mismo valor e intención, pero no es así. El grupo de organizaciones diversas es identificable por su constante compromiso con los DDHH a lo largo del tiempo. Se puede consultar la hemeroteca. El segundo, cuenta con una aparente intención y una profunda intencionalidad.
El Ayuntamiento de Ávila, la Universidad Católica y la Fundación International Solidarity for Human Rights, no se han manifestado contra el genocidio palestino. El más claro ejemplo actual de violación de todos los Derechos Humanos. Tampoco han aprovechado su Proyecto Cultural para hacerlo. Por tanto, el reconocimiento de Ávila como "Ciudad Amiga de los Derechos Humanos", en todo caso, se debe a la labor constante de unos y el oportunismo de los otros.
Pero esto no va de utilizar los Derechos Humanos en un "arma arrojadiza" para ver quiénes son mejores en su defensa, sería simplificar. Lo que se pretende es identificar a quiénes están detrás de la intencionalidad a la que se aludía más arriba y que, desde la información, cada cual saque sus conclusiones.
El Ayuntamiento ha ignorado la iniciativa del Movimiento por la Paz de aprobar una declaración institucional sobre la guerra de Israel contra Palestina. Ni siquiera respondió a la propuesta. ¿es eso defender los Derechos Humanos?
La Universidad Católica impulsa su Proyecto Cultura sobre los Derechos Humanos e invita a una exposición en el Palacio de los Verdugo a alumnos y alumnas de sus centros concertados. ¿es eso "abrir" el conocimiento de los DDHH, o sólo a las personas de una confesión religiosa? Recordemos que las Cruzadas de Santa María, propietarias de la UCAv, es una orden religiosa fundada en 1965 por el padre jesuita Tomás Morales, nacido en 1908 en Macuto, Venezuela.
La Fundación International Solidarity for Human Rights, con sede en Miami, no ha condenado el genocidio palestino, ni tampoco la guerra de Ucrania, pero sí homenajea a los veteranos de guerra estadounidenses. Pero hay más, su presidenta Elizabeth Sánchez Vegas, se autodefine en redes sociales, como "venezolana americana peregrina del Camino de Santiago" y se identifica con la oposición conservadora de Edmundo González. Por su parte, la directora ejecutiva Devorah Sasha, es miembro de Vente Venezuela, movimiento político fundado en 2012 por María Corina Machado, también líder de la oposición venezolana.
Cerrado el círculo de vínculos entre los actores mencionados, cabe preguntarse si las alianzas de Por Ávila van más allá de Vox. Cada cual que saque sus conclusiones. La mía es que nada de lo ocurrido con los Derechos Humanos, es esta ocasión, es casual.
Buenas noches Ávila, donde quiera que estés.