Javier Sánchez

A la legua

Javier Sánchez


Estas fiestas tan entrañables

27/12/2024

A la legua se atisba el Año Nuevo mientras titila una sombra inquieta, como la del ciprés, que se alarga ya durante dos meses. En un intento de crear luz, las ciudades presumen de bombillas; que no es lo mismo. 
En tan solo cinco días iniciaremos un nuevo giro al sol con el ritual del concierto evocador de los valses y la Marcha Radetzky, que nos invita a cortejar la cadencia del tiempo, el ritmo interno de las cosas, la armonía que preside la vida. El arco de los violines apuntará a la geografía austríaca dibujando la foto de familia de los Strauss en ese ensimismamiento de Viena con su pasado; y también con su presente como corazón de la música en los ingrávidos bailarines que dibujan virtuosas siluetas en el cielo vienés.
Este encantamiento hilvana caminos en el lodo de la historia y abre mentes a la luz de la cultura, que es una cuando integra la pluralidad de manifestaciones que vienen a modelar, cada una en su lenguaje, la misma obra erigida en el carcavón de la historia y revelada en la tradición secular. 
El Olentzero, que nace en el sincretismo de las tradiciones cristianas y la mitología vasca, integra elementos de la Navidad y de los Reyes Magos. Entre jocoso y honorable, baja del monte al pueblo con regalos para los niños.  Carochos, tafarrones y zangarrones, escondidos tras sus caretas ancestrales, cada primero de enero recorren las calles de Riofrío de Aliste, en el entorno de la sierra zamorana de La Culebra, representando la lucha entre el bien y el mal. Las mismas mascaradas, en su origen, que en la zona de Tras Os Montes portuguesa. El arrastre de latas en Algeciras nace con la intención de ahuyentar al gigante Botafuegos que intenta despistar a los Magos de Oriente. El tió catalán es un tronco de árbol cubierto por una manta que, tras picarlo con palos, deja ir dulces y pequeños regalos.
Una amalgama de tradiciones religiosas y profanas solapadas y mostradas desde el lenguaje propio de cada pueblo. Cada una rememorando su pasado, y todas llamando a un futuro común donde convivir en sus enriquecedoras diferencias y su misma intención de aunarse en un mensaje universal.
Más cerca, a una jornada de camino y en un alarde de inteligencia, el personal abandonará los untados manjares que recibe, pantalla sobre pantalla, y dará rienda suelta a su creatividad para raposear al prójimo con bromas lo suficientemente poco originales para ser creíbles.
En nuestra Moraña, ya no se lleva, te mandaban a por la asadura del cerdo el día de la matanza y, cualquier noche, se organizaba una caza de gamusinos en honor a los de la capital mientras la abuela nos ofrecía sopas de ajo que nosotros siempre preferíamos 'machao' y ellos, más entendidos, lo tomaban 'espurriao'; hasta que alguien les descubría que la receta llevaba el escupitajo de la abuela entre golpe y golpe de mortero.
Por nuestra parte, como colaboradores de este Diario, les adelanto, mañana acudiremos a la visita privada que Sus Majestades los Reyes, los reales, realizarán a Villamayor al objeto de dar fe de la restauración de su hermosa iglesia de San Pedro. ¡Feliz año nuevo!