A una edad en la que la mayoría de niños pedían a los Reyes Magos un balón o unas botas de fútbol la carta de Gabriel López incluía una mesa de mezclas, que llegó por primera vez a sus manos con 9 años. «Desde pequeño me ha gustado mucho la música», cuenta este joven abulense de 16 años que nada más estrenar la edad legal mínima para trabajar ya podría dedicarse de forma profesional a la música. Sin embargo, «de momento» lo de ser DJ sigue siendo un hobby para este adolescente para el que lo prioritario son los estudios porque ese, cuenta, es el acuerdo con sus padres, quienes no faltan a ninguna de sus sesiones.Tampoco, lógicamente, a la que el 21 de diciembre, y dentro de la programación municipal de Fiestas de Navidad, DJ Gabry López ofreció en el Mercado Chico, que se llenó de adolescentes dispuestos a bailar los temas de este joven DJ y productor musical.
«Todo empezó de forma un poco tonta. Nunca dije: voy a ser DJ», recuerda Gabriel su precoz incursión en el mundo de la música cuando con 14 años y tras mucho trastear con su mesa de mezclas (la segunda ya porque la que le regalaron con 9 años pronto se le quedó pequeña) se ofreció para pinchar gratis en la sesión light de la discoteca a la que él y sus amigos solían acudir. Ese mismo año puso música en las casetas. Desde entonces, cuenta, ha pinchado en todas las discotecas de Ávila, siendo en la actualidad DJ residente de Carpe Diem. De hecho, hasta cumplir 16 años, para poder pinchar contaba con una autorización especial para poder trabajar .
A ese darse a conocer no solo ha contribuido, reconoce, el haber pinchado en todas las discotecas de Ávila y también ya en algunas fuera de esta provincia sino su legión de seguidores en Tik Tok, red social donde sus vídeos acumulan más de siete millones de visitas y superan el millón de likes. De hecho, algunos de sus 'mash up' o mezclas musicales se han convertido en virales, superando los cuatro millones de visualizaciones.
Y aunque su especialidad es la música comercial, Gabriel afirma que escucha todo tipo de géneros, hasta el punto de que si uno le encuentra por la calle con los cascos es muy probable que estén sonando «Melendi, Julio Iglesias u Hombres G». Todo, dice, influencia de sus padres, que son su principal apoyo.