En julio de 1957 el abulense Porfirio Martín Campillo protagonizó varias informaciones aparecidas en El Diario de Ávila, por haberse alzado primero con los premios provincial y regional "Destreza en el oficio" en la categoría de cajistas de imprenta, y días después conseguir proclamarse campeón nacional, por lo que le fueron entregadas 20.000 pesetas y una copa en el Palacio de Oriente de Madrid por el jefe del Estado.
Para concursar, era preciso confeccionar tres trabajos en tiempo limitado. El decisivo era realizar una portada de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha en papel especial, con la silueta de la cabeza de Alonso Quijano elaborada con piezas tipográficas justificadas (alineadas por ambos márgenes).
En reconocimiento a su logro, el 7 de septiembre de ese año la Diputación acordó otorgar a Porfirio Martín la Medalla de Bronce de la Provincia y también recibió una felicitación del Ayuntamiento de la capital, que acogió el 1 de septiembre el homenaje que le dispensó el Sindicato Provincial del Papel, Prensa y Artes Gráficas.
Porfirio Martín nació en una familia de impresores y se había iniciado en la profesión 30 años antes de recibir el reconocimiento, a los 12 años. Su padre, Emilio Martín (ya fallecido en el momento del galardón), junto a sus hermanos Diodoro y Honorio, tenían el taller en el edificio de la Posada de la Fruta, en la plaza Pedro Dávila. Había estado también al frente de la imprenta de El Diario de Ávila.
Años después del premio, Martín Campillo montó un taller propio en la calle Francisco Gallego, llamado con las tres primeras letras de sus apellidos, "Imprenta MARCAM". Allí trabajaron a su lado sus hijos Jesús y Pepe, con otros miembros de la familia.
Su primer encargo fue el "Boletín de la Adoración Nocturna", impulsado por el sacerdote Licesio Álvarez. Dentro de los numerosos trabajos que acometió para la ciudad y provincia en largos años de desempeño profesional, como tarjetas, invitaciones, menús, recordatorios, talonarios, recibos, calendarios, folletos y programas, imprimió libros como los del poeta de Langa Jacinto Herrero.