José Guillermo Buenadicha Sánchez

De la rabia y de la idea

José Guillermo Buenadicha Sánchez


Ajustando cuentas

27/10/2023

—…Y te digo más. El agua del Adaja se convertirá en sangre, habrá tres días de oscuridad, tormentas de granizo y fuego y una plaga de langostas que arrasará la ciudad.

—Hombre, alcalde, tampoco es eso. Esas amenazas ya no se las cree nadie.

—¿Por qué no? ¿No tragaron con lo de la sequía y la hípica?

—Pero aquello era distinto, fue para marcar diferencias con el pasado. Ahora se trata de convencerlos para aprobar las ordenanzas.

—¿Y si decimos que se quedarán calvos, como el pesado ese que escribe en Diario?

—No sé, me suena exagerado. Sería como hacerlos a todos socios del Barça.

—¡Qué manía la tuya con el Barcelona! Un teniente de alcalde merengue me tuvo que tocar; qué cruz, señor… Déjate de fútbol, que al menos nos hemos quitado de encima lo del centenario, y sin arreglar el estadio. Habrá que pensar en algo que la gente se crea.

—¡Ya sé! Decimos que si no aprueban la subida del IBI y basuras no podremos pagar la calefacción de los colegios.

—Actualización de tributos, se dice actualización de tributos. A ver si así piensan que tiene que ver con cantar a Sabina y no se revolucionan. ¡Me gusta la idea de los colegios! En Ávila hace frío, ¿no? Y diremos que no podemos mantener las instalaciones deportivas, ni pagar subvenciones. ¡Y publicamos la lista de subvenciones!

—¡Eso! Y que no haremos más viajes de hermanamiento con ciudades mejicanas, ni saraos de hijos predilectos, ni podremos liberar más concejales que trabajen por el bien de la ciudad, ni…

—Para el carro, para el carro. Una cosa es una cosa y otra pasarnos tres pueblos. No podemos quitar lo esencial, alma de cántaro.

—Vale, vale. Pero digamos que esto lo piden los técnicos. Ya sabes que son los que toman decisiones, como cuándo hacer nuevos contratos de basuras o cuánto personal contratar. Nosotros solo estamos aquí para lo que nos manden.

—Podemos solicitar a intervención que haga un informe; da seriedad y vende mucho en los medios.

—Y luego le pasamos la pelota a la oposición. Que gobiernen ellos. Bueno, no, que entonces no podemos seguir nosotros. Pero los niños muertos de frío serán responsabilidad de la oposición. ¿No tienen más concejales? Pues más culpa también.

—Ya, pero si dices eso seguro que saldrá algún listillo en redes sociales diciendo que por las mismas serán entonces responsables de todo lo bueno que hacemos.

—¡Si son cuatro euros de nada! Si quieren servicios —zanjas, mantener las escaleras mecánicas, carriles bici, canciones de Rosa, conciertos, fiestas, luces de Navidad— tendrán que pagarlos. Y al personal que controle los servicios. Y a los que controlamos a quien controla los servicios. Y a los que nos asesoran para controlar a los que controlan los servicios, no vamos a saber de todo. Las cosas no salen gratis.

—Bloquean la ciudad. ¿Te acuerdas de ese de Ciudadanos que nos ayudó con la subida —perdón, actualización— hace cuatro años? Pena que ya no esté para «pactar programa» con él.

—Pero alcalde, ¿no recuerdas que ahora es de los nuestros?

—Vaya por Dios, con lo bien que nos venía de oposición en el gobierno. Nada, llama a los socialistas y a Vox, a ver a quién camelamos y cómo lo disfrazamos esta vez; nosotros pactamos con todo el mundo. Menos con esos que ya sabes, claro.