Clara Vázquez (24/07/2006) es una joven abulense en la que la trasparencia de su mirada es un reflejo de su persona. Porque sí, es joven, pero tiene ideas muy claras de lo que quiere en la vida, para ella y para la sociedad. Y también porque su parte más práctica, la de llegar a ser policía, está mezclada con el idealismo de quien tiene una mirada artística, en su caso la que recoge a través de su cámara de fotos, aunque ahora tenga que haberla dejado un poco de lado.
Clara fue galardonada recientemente con el premio Jóvenes Creadores del Ayuntamiento de Ávila en la categoría de fotografía, lo que ha conseguido por segundo año consecutivo. Este galardón refleja su amor por la fotografía, que pretende seguir cultivando, aunque ahora está más centrada en el que ha elegido como futuro profesional.
Criada en el centro de Ávila, actualmente vive en Martiherrero rodeada de los animales que tanto ama. En su mente quedan los recuerdos de una «infancia feliz», sobre todo compartida con sus dos hermanas. Y los veranos en los pueblos.
Pero ahora, tras haber terminado Bachillerato, su presente está definido por preparar las oposiciones a Policía Nacional. Es algo que quiso hacer desde siempre y que ya se planteó «desde cuarto de la ESO. Aunque señala que está «segura», eso no quiere decir que no reconozca que la vida de opositora «es un poco estresante porque tienes que compaginar ir al gimnasio y hacer mucho esfuerzo para poder sacar esas pruebas. Pero luego tengo dos horas de clase diaria y luego el resto de estudiar». Así que un día en la vida de Clara es levantarse, sacar a sus perros (tiene dos, matiza), estudiar hasta la mitad del día, ir al gimnasio, ir a clase y dedicar la tarde a estudiar.
Y esto supone «sacrificar aficiones como viajar o incluso la fotografía y todas esas cosas hay que dejarlas en un segundo plano». Es un sacrificio 'temporal' puesto que su idea es llegar a la próxima convocatoria de la oposición, con el examen teórico en octubre.
De ser policía le atrae que «es una profesión en la que siempre estás aprendiendo y creciendo cada día porque siempre te encuentras con algo nuevo, sabes cómo actuar. Yo creo que además es muy gratificante encontrar personas que buscan tu ayuda». Es un trabajo, añade, «que cada día te muestra algo nuevo y no es nada monótono».
Aunque en su familia hay cierta tradición, por ejemplo su madre tenía un familiar policía que fue asesinado por ETA, lo cierto es que ha sido «más bien una idea propia». Un deseo personal que lucha ahora por conseguir y en el que además cuenta con el apoyo familiar, lo que es muy positivo teniendo en cuenta que su hermana está estudiando la carrera de Criminología para luego opositar a la Guardia Civil.
Aunque su destino esté defendiendo y cuidando a las personas como policía, en su alma queda mucho de artista, quizá incluso más de lo que ella ahora puede ver. Y ese alma está en la fotografía pero también en su interés por el dibujo y la pintura.
En cuanto a lo primero, «es una historia que empieza desde bien pequeña porque cuando cumplí 6 ó 7 años me regalaron mi primera cámara. Yo nunca me lo había planteado, pero fue como que un mundo se me abría, era algo que me divertía, me resultaba muy atractivo. Entonces empecé a hacer fotos, aunque nunca nada serio. Nunca he podido dar clases como tal para seguir aprendiendo y sacar una técnica».Pero, a su manera, fue aprendiendo, aunque desde hace dos años lo dejó algo más apartado «por los estudios y el instituto».
Aún así, cuando vio el concurso del Ayuntamiento se dio cuenta de que «era una oportunidad excelente para retomarlo y a lo mejor tener suerte e incluso que se vieran esas fotos». Y, desde luego, ha tenido un buen resultado porque ha ganado dos años el certamen.
Con el propósito en mente de presentarse a este certamen explica que tuvo varias ideas porque se podían presentar varias colecciones. En su caso, optó por presentar una parte en blanco y negro, «que personalmente es la técnica que más me gusta», y también otra «con un mensaje» porque cree «que la fotografía es también lo que quieres transmitir con tus fotos, que puede llegar a ser un medio muy simple y muy visual». Por eso presentó otras que eran «mujer de alas, no de jaulas», con esa mirada en contra de «la opresión a las mujeres», aunque las que se llevaran el premio fueran las primeras, con una imagen de un cristal roto, una cajonera antigua que encontró en su pueblo y una taza de cerámica desgastada por el tiempo encima de una silla de mimbre.
Y teniendo en cuenta este resultado por qué no presentarse otra vez. Y así lo hizo. «En este caso decidí pasear por mi pueblo y a ver qué encontraba. Hice una colección, otra vez en blanco y negro, simplemente del paisaje, de unos árboles con una piña» y esas fueron las que ganaron, explica.
La segunda obra que presentó fue una que hizo durante un viaje «porque donde más hago fotos es en los viajes. Es donde más me gusta. Era un arco iris que hacía a la foto especial».
Para Clara la fotografía supone una forma de expresión porque, como ella misma explica, «con las cosas artísticas consigues un resultado que quizá te aporta cierta satisfacción, consigues algo que quede bonito, que guste a la gente, que incluso puedas regalar. Y también la fotografía es como un punto de vista, mostrar lo que tú ves, tus perspectivas o las opiniones. Querer expresar algo».
Esa forma de expresión es algo en lo que ha ido mejorando con el tiempo, con la cámara (aunque nunca ha llegado a tener una profesional), viendo qué luz era la mejor o con vídeos sobre edición para conseguir mejores resultados. Por eso, cuando consiga su plaza como policía y esté trabajando, su intención es apuntarse «a esos cursos que nunca he podido, mejorar esa técnica, comprarme una cámara, y sobre todo, seguir aprendiendo porque me queda mucho».
La fotografía se une a otras aficiones que tiene porque «desde que era más pequeña me gusta pintar y dibujar» y por eso también se ha presentado a algún concurso más como el de dibujo de Semana Santa.
A pesar de esta 'vena artística', lo cierto es que no es algo que se planteara para estudiar y dedicarse a ello. «La verdad es que no porque tenía tan claro que quería ser policía. Pero si no hubiese tenido tan claro mi futuro, a lo mejor sí que hubiese optado por algo relacionado con la fotografía o incluso con el diseño», comenta.
De aquí a diez años se ve «ejerciendo como policía, habiendo adoptado un par de mascotas, y yo creo que fuera de Ávila, más que nada por buscar un sitio de costa, que es lo que más me atrae». También «practicando todas las aficiones que pueda, tanto fotografía como todo lo que surja. Y viajando».
Porque viajar es otra de las pasiones que, debido a su edad, está comenzando a descubrir. Por ahora tiene dos viajes ya realizados en su mente que recuerda con especial cariño. Uno que la llevó desde Cádiz a Marruecos en una excursión que «fue espectacular» y ayudó a que descubriera una cultura diferente. Y también su paso por Portugal.
Ese futuro viajero lo tendrá que compaginar con sus mascotas porque, sin duda, es una amante de los animales. Ahora tiene dos perros, uno de protectora y otro que le dio una amiga. Y un gato «que tiene muchos años». Pero también de pequeña la familia tuvo una finca con gallinas, ocas... y esos animales estarán en su vida porque «es un amor tan sincero que no te pide nada a cambio y creo que las personas tienen mucho que aprender de los animales.
Clara también tiene una faceta de compromiso social. Y por eso cuando piensa en los cambios que necesita la sociedad habla de avanzar «en la igualdad de las mujeres y los hombres, porque creo que el mundo ha avanzado pero hay ciertos aspectos en los que parece que vivimos como hace muchos años». Por eso habla de que «las mujeres puedan, por ejemplo, salir libremente de noche, a correr, sin pasar miedos. Que las víctimas de violencia de género disminuyan y también que se abandonen menos animales, que la gente pare de comprar en criaderos, que los criaderos se acaben y estén los animales de las protectoras».
Y de forma más general, como deseo de futuro, «que la gente abra su mente, que juzgue menos porque hay veces que juzgamos todo lo que nos rodea. En general, una sociedad más abierta de mente».