Abel Veiga

Fragua histórica

Abel Veiga


Tiempos de ignominia

14/05/2024

Cinismo. Solo cinismo. Vivimos en sociedades anestesiadas por el vacío. Cada vez más ignorantes y temerosos de todo lo que nos importe y despreciativos del resto. Lo que apenas nos rodea. La mentira gana. El bulo. La infamia. Pero siempre ha existido esta. Es la condición humana. Falsedad, mentira, cobardía y silencio. Sólo muy pocos alzan la voz. Elevan su denuncia. Se enfrentan a todo. A lo mejor ya sólo son los únicos bienaventurados. El resto se autoproclaman religiosos y poseedores de una fe rocosa y pétrea. Déjalo todo y sígueme. Lo dijo el nazareno.
Pero eso no somos capaces de entenderlo o querer simplemente comprenderlo. El abismo es infinito. No nos duele el dolor ajeno. Si acaso, fingidas. No derramamos lágrimas gratuitas. Tampoco acompañamos o sabemos escuchar. No estamos. No somos. No amamos salvo ese hedonismo narcisista que ahoga la espontaneidad de nuestro ser y sonrisa. Apenas sonreímos pero si nos reímos de los demás. Incapaces de hacerlo de nosotros mismos. Nuestras miserias o insignificancia. Silencio. En platea gana el discurso único y la sociedad vacía.
Gaza es un buen ejemplo. Callamos. Le llamamos guerra. No vemos la masacre y los miles de asesinados inocentes. Condenamos y condeno todo terrorismo. Pero un estado de derecho es eso. Estado y de derecho y donde hay que respetar los derechos humanos.
Biden teme perder sus elecciones. El precio de las armas. Y muchos se enfundan un pañuelo. Pero la realidad es la que es. Cuando el mundo reaccione la vergüenza y la muerte habrán ganado y reído de todos. Dice EEUU que hay indicios o sospechas de crímenes contra la infancia. Solo las imágenes hablan, las bombas, el odio, el sectarismo y la impunidad. Construir la paz tiene un tributo de sangre inocente. Mas lo malo es que ni siquiera se verá ni se querrá tener en cuenta.