La Custodia de Juan de Arfe de la catedral abulense fue escogida para representar a España en la Exposición Internacional de Bruselas de 1958, junto con cartas de Santa Teresa y de San Juan de la Cruz, así como la corona de Isabel la Católica. El compromiso era que la Custodia regresaría a Ávila antes de concluir la Exposición, para ser procesionada en el Corpus, que ese año caía el jueves 5 de junio. Pero al acercarse la fecha, el Gobierno solicitó mantener la custodia en Bruselas, por ser "el objeto más precioso y significativo de cuantos se exponen", y el traslado por unos días con vuelta a Bélgica supondría una nueva prima de seguros de 150.000 pesetas.
El Diario de Ávila del 3 de junio informaba de que circulaban habladurías por la ciudad de que la procesión del Corpus Christi sería suspendida por no contar con la Custodia de Arfe.
El vicario general de la Diócesis, Castor Robledo, desmentía el rumor: la procesión saldría, y para la festividad el Cabildo había preparado la que en años anteriores se usaba para la Exposición en la octava del Corpus. Por su menor tamaño, se colocaría sobre un pedestal de plata en el Carro Triunfal, quedando a la altura habitual. Era una custodia del siglo XVIII, de tal peso que no permitía ser portada sobre las manos; de plata dorada, con una amplia base sobre la que surge un esbelto pie en cuyo centro un nudo de ángeles culmina en una gran aureola.
El periódico local del 6 de junio reseñaba que a causa de la lluvia, la procesión debió ceñir su recorrido a las naves de la catedral. Oficiaba el obispo asistido por el deán y dignidades del Cabildo. Las autoridades y representaciones iban distribuidas bajo las respectivas presidencias del gobernador civil, gobernador militar, representantes de la Audiencia, alcalde y presidente de la Diputación Provincial. Asistía el obispo de Tonkin, Francisco Gómez de Santiago. Tras la Bendición con el Santísimo, el deán anunció que para no privar a los abulenses del acto religioso, se celebraría la procesión por las calles de Ávila el domingo, hallándose conformes las autoridades y el Prelado. Así se hizo.