El tiempo libre en verano da siempre para mucho. Por ejemplo, para descubrir si por la sangre le corre a uno tinta, en lugar de sangre. O para conocer más de cerca técnicas de impresión ya centenarias.Así lo descubrieron los niños y adultos que este martes tomaron parte de los dos talleres que organizaba la Biblioteca Pública de Ávila: uno, el de los primeros, pensado para enseñarles cómo se hace cada día un periódico como el que ahora tiene en las manos; y otro, el de los mayores, para acercar a los adultos la cianotipia, una técnica de impresión nacida en 1842.
Así, mientras que Miguel Revilla enseñaba a los niños, por ejemplo, las partes de un periódico o cómo se obtienen las noticias a las que, después, redactores y fotógrafos darán forma en el papel, los mayores atendían a Luz y Javi Calvo, de Blue Print para aprender, por ejemplo, que la cianotipia fue el tercer proceso fotográfico de la historia. Un proceso que deja imágenes en azul (cián, de ahí el nombre de la técnica) al emplearse dos tipos de sales de hierro sensibles a la luz.
Para ello, se debe impregnar un material (como papel, tela, piedra...) para, después, dejarlo secar y exponerlo al sol que es, como decía Calvo, «el que hace la magia». A continuación, se revela con agua oxigenada y vinagre.
Tiempo de talleres en la Biblioteca - Foto: Isabel García«Cada imagen es única, nunca salen dos iguales», proseguía hablando el conocido fotógrafo abulense que, un día antes también había protagonizado un taller de cianotipia orientado al público infantil.
Un periódico más para leer. Y aunque los pequeños aprendieron el lunes cómo surge esa magia en la cianotipia, lo cierto es que no pudieron emplearla en el taller de periodismo de este martes. Ahora, tal y como descubrieron los niños, los medios digitales facilitan mucho la tarea de los reporteros gráficos.
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Por cierto, los pequeños que este martes tomaron parte en el taller de periodismo, se convirtieron durante un rato en reporteros (gráficos y escritos), cuando salieron por los alrededores de la Biblioteca Pública de Ávila en busca de la noticia. Ya con ella en sus cámaras y cuadernos, crearon las páginas de un periódico que, al final de la mañana, pudieron apreciar todos aquellos que se sentaron a leer la prensa del día.