juan carlos huerta / ávila
La provincia de Ávila sigue fiel al esquema representativo en el Congreso de los Diputados al que se abonó en 1993 y que no se ha derrumbado a pesar de la ‘revolución’ electoral vivida ayer en el conjunto del país por la irrupción de los partidos emergentes. Dos diputados para el Partido Popular y uno para el PSOE es el resultado final que han dejado las urnas. Pablo Casado y José Ramón García Hernández se sentarán en los escaños ‘azules’ del Congreso y Pedro José Muñoz repetirá en la bancada socialista. Ávila no sólo ha rubricado su paradigma político para la Cámara Baja, sino que ha optado por repetir la identidad de dos de los tres diputados que representarán a la provincia: Pablo Casado; por el PP; y Pedro José Muñoz, por el PSOE.
Ciudadanos, en su primera comparecencia en el ‘ruedo’ electoral a Cortes Generales, se ha convertido en la tercera fuerza política en Ávila (15.892 votos y el 15,65%), aunque muy lejos de la posibilidad de obtener escaño, contrariamente a lo que apuntaban los análisis políticos de campaña. El otro partido emergente, Podemos, ha obtenido un meritorio 11,68%, con 11.863 votos. UPyD se ha desplomado y su respaldo en votos ha sido de 904 personas, sin alcanzar siquiera el 1% frente al 7,75% de 2011, una sangría cercana a los 7.400 sufragios.
A pesar de la victoria, el Partido Popular ha cosechado el segundo peor resultado electoral de su historia en la provincia, con un porcentaje del 46,24%, únicamente empeorado por el dato de su debut en solitario en 1989, con el 32,78%, cuando la derecha estaba fraccionada por el aún pujante concurso del centrismo, representado a la sazón por el CDS. En cuanto a la cifra absoluta de votos ha obtenido 46.963, 18.637 menos que en 2011 y una caída porcentual del 15,6%.
Los socialistas (20.129 votos y el 19,82%) adolecen del mismo revés, al obtener uno de sus peores resultados en el historial de la reciente democracia en Ávila, junto con el de 1977 (14,25%) y el de 1979 (19,98%). Han sufrido la pérdida de casi 4.200 papeletas, pero tan sólo tres puntos porcentuales. Esta caída de votos de los dos partidos más grandes rubrica una tendencia que ya se experimentaba en las elecciones municipales y autonómicas de este mismo año. En la primera de ellas, los populares ya perdieron un 9% de respaldo respecto a 2011 y, como consecuencia, el poder en municipios importantes como Cebreros,Madrigal de las Altas Torres, Candeleda, El Barco o El Arenal, así como la mayoría absoluta en la capital, donde tuvieron que pactar con Ciudadanos, convertida de pronto en segunda fuerza. Los socialistas también experimentaron un retroceso electoral en mayo de 2015, que siguió siendo el segundo partido, con 27 alcaldías, el 10,89%, quince menos que en 2011 y 285 concejales (72 menos que cuatro años atrás) y un descenso global de casi un 6%.
En las autonómicas se produjo algo similar, con un retroceso ‘popular’, manifestado en la pérdida de un procurador y en un descenso de unos 15 puntos porcentuales en el voto. Los socialistas abulenses retrocedieron menos, pero se dejaron en el camino casi un dos por ciento de las papeletas. Sin embargo, el PP remontó ayer ligeramente los resultados de las autonómicas en Ávila, al ganar unos 3.300 votos. El PSOE, por contra, ha cedido un millar de sufragios en la misma comparación.
En cuanto a Ciudadanos, apareció exitosamente en escena en los comicios a Cortes regionales, obteniendo un procurador por Ávila gracias a 11.456 papeletas. Podemos, por su parte, se estrenaba electoralmente con marca propia en el total de la circunscripción de Ávila y lo hacía cosechando 9.675 sufragios.
De hecho, Ciudadanos y Podemos, siete meses después, continúan al alza, con un aumento de votos en el caso de los primeros de 4.436 y en el de los segundos, de 2.1888. Porcentualmente, Ciudadanos crece en torno al 9,8% y Podemos, el 1,6%.
Izquierda Unida ha pasado a ser la quinta fuerza en la provincia, bajando un escalón, y con una pérdida de votos en torno al millar, aunque menos de un punto porcentual respecto a 2011. Su respaldo del 3,82% no es de los peores de su singladura en el calendario de los generales de la provincia (en 1986 obtuvo tan sólo un 2,01%).
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