El Diario de Ávila del 30 de diciembre de 1957 recogía el sagaz descubrimiento hecho por un médico rural, titular de la localidad abulense de Navatalgordo, el doctor Sánchez Jiménez, quien tras minuciosa observación e investigación había logrado dar con el elemento causante de una dolencia en su zona que preocupaba a las autoridades sanitarias.
Desde hacía años, en municipios de la provincia como Lanzahíta, Burgohondo, El Hoyo de Pinares, Gavilanes, Mijares, Navarredondilla, Navatalgordo, Navarrevisca, Navalacruz, San Juan de la Nava, San Juan del Molinillo, Santa Cruz de Pinares o El Tiemblo, se habían descrito numerosos casos de intoxicación por plomo, algunos graves y con importantes secuelas para los afectados, cuyo desencadenante la Jefatura Provincial de Sanidad no era capaz de determinar.
El doctor Sánchez Jiménez inició una pesquisa casa por casa de cada uno de los enfermos de su área, concluyendo y demostrando que el origen de las intoxicaciones era el empleo de vasijas de barro con un vidriado interior defectuoso, cuyas sales de plomo eran disueltas por vinos recientes, produciendo gran cantidad de anhidrido carbónico y ácidos que hacían enfermar a quienes los consumían de manera repetida a lo largo del tiempo.
Un factor de desorientación inicial fue que muchos intoxicados no habían bebido vino directamente de las vasijas sospechosas; pero se averiguó que el que tomaban procedía de recipientes vidriados puestos debajo de las tinajas para recoger los derrames o goteos de estas.
Los análisis practicados en la Escuela Nacional de Sanidad en Madrid hallaron plomo en los vidriados de las vasijas y en los vinos guardados en ellas, en cantidad suficiente para explicar la aparición de saturnismo, la toxicidad por la acción plúmbea. Los casos se iniciaban los primeros días del año, poco después de comenzar el consumo del vino ácido, y solían prolongarse cuatro o cinco meses, siendo más tardíos en individuos que ingerían menores cantidades, necesitando por ello un plazo más largo de acumulación del tóxico en su organismo para desarrollar los síntomas característicos.