Entre emocionados aplausos y al son del himno de España regresó este martes la imagen de Santa Teresa de Jesús a su casa, la basílica que lleva su nombre, justo una hora después de que la talla de Gregorio Fernández portada por una veintena de anderos y ataviada con manto bordado en oro saliera de la Catedral y recorriera las calles de Ávila en una procesión más corta y apresurada de lo habitual para evitar la lluvia que desde primera hora de la mañana amenazaba las celebraciones al aire libre del día de la patrona de la ciudad. Pese a que justo antes de la misa mayor llovía generosamente y a que chispeó durante la procesión, finalmente La Santa recorrió el centro histórico, evitándose el tradicional recorrido por la plaza que lleva su nombre y también por el Mercado Chico, precisamente para acortar. Ni el hecho de que el 15 de octubre cayera en día laborable ni que la previsión fuera claramente de lluvia impidió que abulenses y visitantes abarrotaran las calles del corazón de Ávila para contemplar el paso de una procesión en la que, como es costumbre, además de la imagen de Santa Teresa de Jesús desfiló la de la Virgen de la Caridad, a la que ella se encomendó de niña tras perder a su madre.
Ambas ocuparon un lugar destacado en la Catedral durante la celebración de la misa mayor, a la que asistieron unas 800 personas, que estuvo presidida por el Nuncio del Papa en España, monseñor Bernardito Auza, junto al obispo de la Diócesis abulense, Jesús Rico. Fue una eucaristía concelebrada a la que, como en las grandes ocasiones, asistieron más de medio centenar de sacerdotes, el Cabildo Catedralicio y los obispos eméritos de Valladolid, Ricardo Blázquez, de Salamanca, Carlos López y de Ávila, Jesús García Burillo.
Durante la homilía, el Nuncio apostólico presentó a Santa Teresa de Jesús como «gran embajadora de Ávila en el mundo» y como «maestra de santidad y de oración», subrayando entre «sus valores humanos» la energía de carácter, la constancia, «su inteligencia poco común», la firmeza y la empatía.
Ávila arropa a La Santa en su día grande - Foto: Isabel GarcíaTambién aludió al Año Santo Jubilar que se celebra en el año 2025, motivo por el cual el obispo de Ávila, Jesús Rico, comenzó la misa leyendo un mensaje en el que invitó a los fieles a «recuperar la esperanza a través de la espiritualidad profunda», que es el lema del Jubileo, 'Peregrinos de Esperanza'. Precisamente, tanto en la misa como en la procesión había numerosos grupos de peregrinos llegados de distintos países para celebrar el día de Santa Teresa, sobre todo latinoamericanos y franceses.
Flanqueada por cadetetes del Cuerpo de Intendencia del Ejército -del que es patrona-, a la imagen de La Santa de Ávila le seguía en la procesión una representación de los Padres Carmelitas Descalzos, mientras a la Virgen de la Caridad le precedían integrantes de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad tocadas de mantilla. Cerrando una comitiva que abría la música de la dulzaina y el tamboril seguida de los gigantes y cabezudos, estaba la Banda de Música de Ávila que, tras el desencuentro mantenido con el Ayuntamiento coincidiendo con la procesión del día patrón, San Segundo, este martes participó en el desfile con total normalidad. En el gran día de la patrona de Ávila también pusieron la nota musical la Banda de Cornetas y Tambores 'El Amarrao' y la Banda del Cuerpo de Intendencia.
Tampoco faltaron las autoridades civiles y militares, encabezadas por la Corporación municipal de Ávila. Como es costumbre, la bandera de la ciudad ocupó un lugar destacado tanto en la misa mayor como en la procesión. Flanqueada por dos maceros, fue portada por el concejal más joven, que en este mandato municipal es Fernando Toribio.
Una vez llegó la procesión a la plaza de La Santa, los intendentes desfilaron ante las imágenes de Santa Teresa y de su maestra, tras lo cual ambas regresaron a la basílica.