Asombro, como mínimo, es lo que me producen algunas de las cosas que están sucediendo en España. Varias de ellas son muy difíciles de entender, sobre todo si, nos fijamos en lo que afirman ser sus protagonistas. O sea, que hay una increíble distancia entre lo que dicen y lo que hacen, entre su supuesta ideología y sus actuaciones reales. ¿Qué relación tienen los presupuestos de Castilla y León con los contactos entre el PP y el Gobierno central para solucionar el problema de los menores no acompañados ('menas')? A cualquier extraterrestre que nos visitara le parecería que ninguna. Pues bien, sí la hay. Y esta tierra puede quedarse sin presupuestos para el 2025 si los socialistas y los de Feijóo vuelven a negociar (o como lo llamen) el reparto de 'menas' por las distintas comunidades autónomas y la reforma de la desfasada Ley de Extranjería. Ese es el veto que ha puesto Vox y que el PP está dispuesto a tragar, no se sabe si para frenar la sangría de votos por su derecha o si para intentar desgastar más a Pedro Sánchez. Uno, en su ingenuidad, creía que en el PP sigue habiendo muchos demócrata cristianos y que parte de su credo se basa en el humanismo cristiano. Vista su actuación en el asunto de los 'menas' y de la inmigración en general, no lo parece. Hablamos de seres humanos, de niños, que ahora están hacinados en Canarias y Ceuta porque hay quien se niega a darles una salida digna. Y eso que los populares gobiernan en las islas junto a Coalición Canaria y que también lo hacen en la ciudad norteafricana. Se ve que el humanismo cristiano da para lo que da. Es decir, para declaraciones rimbombantes pero no para aplicarlas a los seres humanos. Lo de Vox produce aun más escalofríos. Amenazar con romper acuerdos de gobierno (todavía les quedan los municipales) y no aprobar, ni siquiera negociar, presupuestos si los dos principales partidos buscan una solución a los "menas" atenta contra su cacareada religiosidad y su proclamación católica, apostólica y romana. ¿Dónde están la caridad, la solidaridad, la justicia, la ayuda al necesitado? El asombro se queda escaso. Llega la vergüenza ajena, el rechazo frontal.