El 25 d julio de 1956, un grupo de 14 niños se bañaban en la presa de regadío de la localidad abulense de Solosancho. Uno de ellos, José Luís Martín Zazo, perdió pie y cayó en una poza. De inmediato, sus compañeros intentaron rescatarlo, arrojándole sus cinturones para que pudiera asirse y ellos remolcarlo a tierra firme.  
El sistema no dio resultado y José Luis desapareció bajo el agua. Ante el dramatismo de la situación, uno de los niños, llamado Aurelio Martín, que no sabía nadar, se tiró en su busca, con una mano agarrada a otro de los pequeños que permanecía en el borde, este a su vez a un tercero y así sucesivamente, formando una cadena humana. Aurelio logró con grandes dificultades arrastrar a José Luis, ya sin conocimiento, fuera del agua, donde le practicó la respiración artificial, un procedimiento que el maestro del pueblo había enseñado a los alumnos de la escuela. De este modo, lo reanimó y le salvó la vida.
Meses después, un día como hoy, el 25 de marzo de 1957 la portada del Diario de Ávila reseñaba el acto celebrado esa mañana en la Audiencia Provincial de Ávila, en el transcurso del cual el presidente, Isidro Fernández-Miranda Gutiérrez, siéndolo también del Consejo Provincial de Protección de Menores, recibió en su despacho al héroe de 13 años junto con su padre, Fausto Martín Hernández. El redactor no solo aportaba la información, sino que añadía: «recogemos con agrado esta noticia que esperamos sirva de orgullo y ejemplo a los vecinos de Solosancho». 
El presidente de la Audiencia Provincial felicitó al muchacho por su actuación encomiable, y le hizo entrega del premio de 1.000 pesetas con el que el Consejo Superior de Protección de Menores acordó gratificarle. A solicitud del interesado, se le abonó la mitad en efectivo «para la adquisición de ropas», y el resto se le impuso en una cartilla de la Caja de Ahorros de Ávila.
El magistrado Fernández-Miranda –cuyo apellido sería muy significativo en la Transición–, que presidía la Audiencia de Ávila desde 1946, fallecería al año siguiente a estos hechos, 1958, siendo sucedido por Ángel Escudero del Corral.