Parece que el viejo y siempre olvidado proyecto de crear un recinto ferial estable en la ciudad de Ávila, una idea que ya barajaron –o al menos dijeron barajar– corporaciones anteriores, vuelve a estar en la mente del actual equipo de gobierno municipal, que ha recordado ahora que una de las iniciativas que tienen en mente es llevar a cabo en este mandato, del que ya se ha cumplido casi una cuarta parte, es precisamente la habilitación de un espacio específicamente pensado para ese fin de acoger las actividades de las principales fiestas abulenses, con garantías de amplitud, de seguridad y de minimización de molestias.
Pero como ya ocurriese también en las anteriores intentonas, parece que llevar a buen término el proyecto se antoja difícil, porque, argumentan desde el Ayuntamiento, está complicado conseguir el presupuesto necesario y porque, además, el Consistorio vive en una situación tal de incertidumbre que en nada facilita la consecución de los objetivos que se planteen, triste realidad que estamos viviendo a diario en otros asuntos.
Una parcela frente al cementerio municipal y otra próxima al CUM Carlos Sastre son, en principio, las dos opciones que el equipo de gobierno baraja como enclaves para ese recinto ferial estable, una elección que aunque pueda parecer en principio fácil a buen seguro que no lo es, ya que por tratarse de un espacio dedicado a la diversión, diurna y nocturna, debe cumplir una serie de requisitos muy importantes, entre los que se cuentan la seguridad allí y también para llegar hasta allí y desde allí volver, y otro fundamental que es garantizar que el disfrute del ocio de quienes allí se concentren no estorbe el derecho a la tranquilidad de quienes puedan residir en las proximidades.
Y mientras este viejo proyecto arranca o no, las peñas de Ávila, que nadie niega su mucha implicación e importancia a la hora de dar mayor vida y variedad a las fiestas que se reparten a lo largo del año en la capital, siguen reivindicando al Ayuntamiento que las permita aportar más ideas para el mejor desarrollo de esos festejos, porque parece ser que no se las tiene tan en cuenta como quisieran y seguramente sería de desear, y también que mire más por la seguridad en todas esas citas. No parece muy difícil ni lo uno ni lo otro siempre que haya verdadera voluntad de hacerlo, que habrá de venir apoyada por la conveniencia de poner en marcha este nueva infraestructura.
Hace unos años las peñas, cansadas de lo que calificaron como ninguneo creciente por parte del Ayuntamiento, se manifestaron en la calle contra esa dejadez municipal en contra suya. Seguro que algo parecido no tiene que volver a ocurrir.