Enrique Fernández Dégano

El rincón del Tiétar

Enrique Fernández Dégano


San Antón

15/01/2025

Por San Antón, la gallinita pon

La tradición iconográfica representaba a San Antón con cerdos y gallinas. La iconografía era la forma que la Iglesia tenía, desde antiguo, de transmitir a los creyentes analfabetos las enseñanzas bíblicas en arquivoltas, capiteles, retablos, sargas (grandes telas con viñetas que recogían la historia sagrada) etc. Esta representación iconográfica del santo pudo haber quedado reflejada en el refrán anterior. Aparte de que las gallinas volvieran a ser más ponedoras por estas fechas.
Es San Antonio Abad –cuya festividad se celebra el 17 de enero– uno de los santos más populares. Conocido cariñosamente por la feligresía como San Antón: el patrón de los animales.
Hace muchos años que el que esto escribe no tenía la oportunidad de poder asistir a esta celebración. Aunque recordaba con añoranza las populares roscas de pan de tahona o edulcorado, de la infancia, decoradas con figuras de animales: polluelos, indefinidos reptiles o nidos con huevos etc., tan características de esta festividad y tan ilusionantes para una mente infantil, al menos, en nuestra localidad.
Permanecía vivo el recuerdo de la costumbre de dar la vuelta a la iglesia parroquial, "la vuelta a San Antón", que tenían los dueños de los equinos, montados sobre sus caballerías: caballos, burros, mulas etc., (en nuestra niñez numerosas, por ser necesarias entonces para el desempeño de las tareas agrícolas), en medio de gran expectación o la de llevar los animales domésticos (las mascotas de la actualidad) u otros animales por la tarde; implorando para ellos la protección del santo.
De igual modo, la celebración religiosa matutina de la misa, la bendición de los animales y la procesión en torno al templo parroquial. En el interior tenía lugar la bendición de los panes y roscas que portan los feligreses en primorosas cestas de mimbre con sus lazos; el tradicional cordero -aunque, en alguna ocasión se ha sustituido por algún gallo u otros animales-, obsequio del Ayuntamiento, presente en la celebración junto a la imagen del santo, para después ser subastado con otras ofrendas, como las patas de cerdo adobadas o embutidos, delante del soportal de la audiencia, en la plaza de España, donde se obsequia a los asistentes con trozos de pan de horno, «el pan de San Antón» -que sabe a gloria bendita-, costeado por la parroquia y repartido por voluntarios. 
En la actualidad y desde hace muchos años están presentes en los actos y tienen un papel destacado en la celebración, los caballistas con sus monturas, representantes de la Asociación Ecuestre San Pedro Bautista, de San Esteban del Valle, quienes, al finalizar la subasta, obsequian a los asistentes con "bondejos" (embutidos con partes del cerdo), pastas y limonada.
Recordaba con añoranza la "vuelta a San Antón" matutina, en la que, también la chiquillería, portando un cerdito de madera existente en la sacristía de la iglesia daba la vuelta alrededor del templo, coreando esta cantinela infantil: «San Antonio bendito tiene un guarrito, que ni come ni bebe y está gordito». La paradoja radica en que la talla del cerdito no destaca por su grosor.
Los actos que se organizan en torno al patrón de los animales están alejados del bullicio y la algarabía de los realizados en las ciudades, pero ganan en emotividad y tipismo que les confiere el desarrollarse en un entorno rural, en el que la comunidad comparte fe, vivencias y recuerdos vinculados a esta celebración y la voluntad firme de continuar la tradición, a pesar de haber sufrido algunos cambios.
Se avivan los recuerdos infantiles, preñados de nostalgia, ahora revividos, en torno a una festividad, que, en esencia, permanece inmutable, como corresponde a una fiesta tan popular y tradicional.