Pilar Iglesias

Pilar y sus cosas

Pilar Iglesias


Viajar. Cambiar. Y Regresar.

16/10/2023

Primer acto. Preparar el viaje.
Ya  te hablé de lo que significan los viajes para mí. Igual que pensaba que no me gustaban las rosas. Hasta que llegó una rosa que me gustó. Pasó lo mismo con los viajes. Creía que me daban igual, que no eran para mí, que solo suponían estrés y ansiedad. Pero no sólo son eso. Acumulo sensaciones bajo mi piel y en mi retina, más que en el carrete virtual de mis móviles. Aunque también los lleno. Para luego llevarlos a positivar a una tienda de impresiones y colocarlas con mimo en nuestro álbum de viajes. Y recordar de forma física.
La preparación. El comienzo.Como si de una receta complicada se tratara. Dispongo los mejores ingredientes y busco el mejor hotel, la mejor combinación de transportes, apunto todo en papel, no me gusta dejar nada a las contingencias de la cobertura. Tengo en mi cabeza el plan del día y lo ejecuto. No sin cambios constantes. Nunca sé si la decisión que tomo es la mejor de las decisiones. Pero ¿alguien puede saber eso?
Este año hicimos un nuevo viaje. Y repetimos otro. Por segunda vez. Pero no es lo mismo. No somos los mismos. 

Segundo acto. Disfrutar de la estancia.
Nada más salir de la estación de tren y comenzar con mis lugares comunes, se me advirtió de que eso ya lo había contado. Cierto. ¡Vinimos aquí juntos ya! Ahora ya no os cuento lo que hacía, ahora podremos recordar lo que hicimos. Las diferencias. Repetir sin repetir. Eludir lo que no salió bien. Hacer las cosas en orden inverso. Olvidarnos de algunas. Y cometer algún que otro error que volveremos a repetir el próximo año. 
Estar en un sitio, aunque sea «de prestao» es poseer ese sitio por ese tiempo. Durante esos días eres de aquí. Haces lo de aquí. E incluso te llevarás el acento de aquí. Pero lo que me queda, incluso antes de preparar la maleta imposible y llenarla con mil cosas más de las que traje, lo que está dentro de mi alma ya, son las ganas de volver. Antes de partir estamos organizando la próxima visita. Incluso quizá antes de que sea lo que queremos que se convierta en tradición. Quiero que conozcan también uno de mis lugares favoritos sin sus galas de fiesta, que paseen entre la tranquilidad de sus tiendas y aprecien la amabilidad de sus habitantes. 
Hoy, una galleta de la suerte ha predicho que viajaré a muchos lugares alrededor del mundo y, sí, quiero visitar muchas ciudades. Ya tengo apuntados en varias libretas los ingredientes de dos viajes próximos. La parte más complicada. Saber cómo, aunque no dónde. Saber cuándo, aunque no con quién. 

Tercer acto. El regreso.
Partir lleva implícito volver. En la mayoría de los casos, viajas por tiempo limitado. Cuando Dorothy llegó a Oz, solo quería regresar. Tornar. Volver. No disfrutó de lo que los oriundos le regalaban. Se encontró con amigos y enemigas a las que venció. Caminó corriendo apresurada para obtener algo que siempre estuvo en ella. 
Me he dado cuenta, esta vez, de que esta aventura la comencé tensionada entre lo que fue y lo que será, cuando lo que importa es lo que es. Hoy. Ahora. Aquí. Nosotros y el lugar en el que habitamos. Debemos volver a casa. De la que partimos. Aquí también comienza a ser un trozo de nuestro hogar. Regresamos. Pero también, regresaremos. 

ARCHIVADO EN: Ávila, Estrés