A diferencia de otros municipios, en los que el objetivo es que no cierre el único bar, en Crespos lo que persiguen es que haya más oferta hostelera de la que hay. Y es que el Ayuntamiento de esta localidad con medio millar de habitantes quiere reabrir el bar municipal, cerrado desde la pandemia y sometido durante este tiempo a una importante reforma. La idea, explica Rodrigo López, concejal de Crespos, es que tras las obras acometidas en este inmueble municipal alguien se ponga detrás de la barra para ampliar la oferta en un municipio en el que, asegura, clientes no faltan. De hecho, en la actualidad Crespos cuenta con tres bares más: el sindical, perteneciente a la Cámara Agraria; el del Hogar del Jubilado y un pub de titularidad privada, detalla el edil. 

Con el deseo de que a esta oferta se sume también la cantina municipal, el Ayuntamiento de Crespos ha sacado a concurso el contrato de arrendamiento del bar 'El Arco' por un presupuesto base de licitación de 150 euros mensuales (gastos de suministros aparte) y por una duración de dos años, que pueden ser prorrogables. Tras las reformas acometidas durante los últimos años el bar se ofrece prácticamente a estrenar, ya que durante este tiempo no solo se ha actuado en la terraza sino que también se ha equipado con una cocina nueva, se han reformado los baños y parte de la zona que en su día estuvo destinada al almacén se ha habilitado como salón comedor. Y es que, explica el concejal, la idea es que quien se haga cargo del bar municipal también pueda ofrecer servicio de comidas. 

«Está amueblado, equipado y con la cocina nueva. En buen estado, listo para entrar a funcionar», apunta el anuncio de este bar que, se asegura, «tiene clientela de vecinos de Crespos y pueblos de alrededor, además de veraneantes, trabajadores de la zona y viajantes». 

Crespos anima a alquilar las casas vacíascampaña vivienda. De momento, asegura el concejal, el anuncio ha despertado «bastante interés», fundamentalmente por personas de fuera del pueblo. Un interés, reconoce López, que se da de bruces con un problema que no es exclusivo de este pueblo, sino generalizado en la España Vaciada, y que es el de la falta de vivienda. Y es que, reconoce el concejal, en Crespos no solo no hay paro sino que hay más ofertas de trabajo que vecinos que puedan ocupar esos puestos. «Crespos es un pueblo con empleo», asegura López que explica que pese a que se trata de un municipio de pequeño tamaño son varias las empresas instaladas allí o en la zona y que demandan mano de obra, además de distintos perfiles y cualificación. Habla, por ejemplo, de la fábrica de pellets, de una empresa agrícola, de las explotaciones ganaderas o de la residencia de personas mayores. De hecho, conscientes de que esa oferta de empleo podría servir para atraer más población al municipio  pero también de las limitaciones que en materia de vivienda hay en el pueblo desde el equipo de gobierno de este ayuntamiento han puesto en marcha una campaña para animar a aquellos vecinos que cuentan con viviendas cerradas a sacarlas en alquiler (o venta) para atender las necesidades residenciales de trabajadores que sean contratados por las empresas de esta localidad y que deseen quedarse en Crespos a vivir. 

'Alquilar es repoblar' es el lema de esta campaña en la que desde este consistorio se anima a los  propietarios de viviendas cerradas a ponerlas en alquiler como forma de «dar vida» al pueblo y ayudar a fijar población, especialmente joven. La campaña no solo se dirige a casas sino también a locales, naves o terrenos urbanizables que puedan alquilarse o salir a la venta. De hecho, con ese objetivo de aumentar la oferta de vivienda local y también de dar a conocer entre trabajadores de la zona las mismas el Ayuntamiento de Crespos también publica periódicamente anuncios de casas y terrenos disponibles, tanto para alquilar como para compra. 

«Una  vivienda vacía en una pequeña localidad implica correr riesgos, ya que es un bien desprotegido, accesible y poco vigilado», advierte esta campaña que también pone en valor la «rentabilidad económica» que los propietarios pueden sacar a sus casas vacías o que el que una vivienda esté ocupada contribuye a que la misma se deteriore en menor medida porque hay un mantenimiento continuo. «Las viviendas vacías permiten que nuestros pueblos puedan tener una segunda oportunidad pemitiéndoles mantener servicios básicos, y evitando su desaparición», se insiste también desde esta iniciativa. 

«Hace unos días se puso en contacto con el Ayuntamiento una pareja con tres hijos que estaba buscando vivienda en un pueblo para irse a vivir allí», cuenta Rodrigo López como esta campaña, que se completa con ofertas laborales de las empresas locales y de la zona, empieza a despertar curiosidad.