Ricardo Guerra Sancho

Desde mi torre mudéjar

Ricardo Guerra Sancho


El Cristo del miserere

13/04/2025

Ya está aquí la Semana Santa, puntual como cada año y también con tiempo variable y amenazante. Estos días de Pasión, caigan cuando caigan, siempre son sinónimos de días revueltos, de mal tiempo y lluvias. Esto es así, que la luna tiene demasiadas influencias…
La cofradía de la Santa Vera Cruz refundada, con tradición de siglos de cofrades-penitentes retomó la tradición y llenó el vacío ya hace bastantes años, en 1987, retomó ese caminar penitencial encargándose de recuperar y revitalizar los actos procesionales de nuestra Semana Santa, alcanzando niveles más que dignos sacando los pasos que se iban restaurando e incorporando alguno nuevo.
Hay una antigua tradición, la del canto del Miserere en nuestra ciudad que se perdió como casi todos los rituales, sólo quedó la procesión del Santo Entierro y el Vía Crucis de la mañana… entonces, unos cuantos jóvenes y otros cuantos no tanto, emprendimos esa recuperación con mucha ilusión y ganas.
Ya casi todo estaba cumplido y con buena salud, cuando el año pasado surgió una nueva idea para ponerla en práctica, sacar un Cristo precioso, del s. XVI que está en un Calvario en la sacristía de la parroquia de Santo Domingo, nueva celebración que se le puso el nombre de "Cruces Vitae", es decir, las Cruces de la Vida. Por causas de la lluvia, esa celebración se celebró en el interior de la iglesia de San Juan con e desconsuelo por no poder salir después de la ilusión y el trabajo puestos en el empeño. Pero ya quedó un sabor y un poso para la continuidad. 
Y así, en este año ha dado lugar a restaurar esa imagen que resulta de gran impacto, sacando unas calidades que estaban veladas a la vista. Por tanto, este año, que será el segundo, esperamos salir según tenemos previsto. 
El acto procesional está pensado en procesionar la talla del Cristo de San Juan a la Plaza del Real y allí realizar unas lecturas y meditaciones en torno al título de las Cruces de la Vida, las que hoy tenemos todos y continuar por la Plaza del Arrabal hasta El Salvador.
Podríamos pensar en una vitalidad de la cofradía, con más de cien cofrades que mantienen bien el testigo, y mucha gente que espera y sigue nuestras procesiones y hacen de nuestra Semana de Pasión unas celebraciones muy dignas, serias y sentidas, con esos "silencios que se escuchan", esos momentos procesionales que tienen su belleza en nuestro casco histórico, o la multitudinaria Procesión de los Pasos, o el intimismo del Vía Matris en la Plaza de la Villa. Poca concesión al espectáculo y por eso mismo resultan de gran belleza, recogimiento y participación.
De nuevo resonará el Miserere, el salmo 51 de la biblia (el 50 en la Vulgata) como en los tiempos de nuestros antepasados, ante el Cristo que ahora llamamos del Miserere, el que estaba en un retablo de la iglesia parroquial de Santo Domingo, la nave norte o del Evangelio, donde ahora está la preciosa talla de San Francisco de Gregorio Fernández, que acaba de regresar de la magnífica exposición de Valladolid. Precisamente esta imagen del Cristo es el cartel de este año.
El pregón que escuchamos la semana pasada viene a ser el inicio oficial de nuestra Semana Santa, pero ahora sí, ha comenzado de hecho con el Vía Matris, y cuando salgan al público estas líneas, estarán desfilando con los ramos y las palmas… cosas del calendario y de la participación popular de unas celebraciones ancestrales.