Pablo Casillas

El Corrillo

Pablo Casillas


La cizaña

16/07/2024

Cizaña. Lolium temulentum. Planta que regularmente crece en las mismas zonas productoras de trigo y se considera una maleza de ese cultivo. La similitud entre ambas platas es tan grande, que en algunas regiones la cizaña suele llamarse "falso trigo".

R.A.E. Cizaña. Significado: Vicio que se mezcla entre las buenas costumbres. Cosa que hace daño a otra, maleándola o echándola a perder.

Evangelios (Mateo 13,24-43). "El Reino de los Cielos es como un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras dormían los hombres, vino su enemigo, sembró de cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando brotó la hierba y echó espiga, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer conjuntamente lo uno y lo otro hasta la siega, y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoger el trigo en mi granero".

Pedro Sánchez ha venido a sembrar la cizaña en la sociedad española. Habíamos sembrado buena semilla desde la muerte de Franco, materializada con una Transición modélica, donde existían los consensos y en las Instituciones solían estar las personas más inteligentes y mejor preparadas, a la par que eran personas honestas e imparciales, particularmente aquellas que ejercían la labor en los diversos Tribunales, con el Constitucional a la cabeza; y, sin embargo, ahora estamos en manos de personas "cizañosas".

Hasta que llegó Sánchez, era impensable un Tribunal Constitucional ideologizado y sectario. Un Tribunal que en lugar de aplicar la Constitución, dejando la labor jurisdiccional a los Tribunales ordinarios, ha venido a ser una especie de "segunda instancia" del recurso de casación, función que solamente le compete al Tribunal Supremo, y en el cual, el mal denominado bloque "progresista", aplica su rodillo por el simple hecho del "número", al margen de todo Derecho y razón, por pura ideología de quien les ha nombrado. Nunca ha habido un presidente del Tribunal Constitucional como Conde Pumpido, con su "Tropa servil", que le sigue sin rechistar, dispuestos a sacar adelante cualquier pretensión de Sánchez. 

También era impensable una Fiscalía como la que ahora tenemos. El Fiscal General del Estado, figura cuestionada siempre desde el ámbito jurídico por el hecho de venir nombrado directamente por el Gobierno de turno, nunca fue puesto en tela de juicio por la presunta comisión de delitos por los que, sin duda, va a ser investigado por el Tribunal Supremo; ni  llegó a interferir ni marcar criterio en materias de ámbito ordinario; ni se sirvió, única y exclusivamente, de la "jerarquía" en lugar de velar por la "defensa de la legalidad", fin básico del Ministerio Público. La Fiscalía se ha convertido en la defensora de Sánchez y de su Gobierno, no de la legalidad. Por otra parte, el choque frontal que ha generado el fiscal general, Sr. García Ortiz, entre los Fiscales, su mandato "cuartelero", e, incluso, "su imposición", para que todo lo que tenga que ver con Sánchez, su Entorno y el Gobierno, hasta el mínimo asunto, sea en su beneficio, ha hecho que la Fiscalía haya perdido su razón de ser. ¿Qué sucedería, nos tenemos que preguntar, si en lugar de que sean los Jueces y Magistrados quienes instruyan los procesos, como acontece en la actualidad, fuera a ser la Fiscalía que dirige Sánchez quien realizara ese cometido? Piensen que no ha renunciado a tamaña barbaridad y no está quitado que en cualquier momento así lo lleve a cabo. Definitivamente no habría Justicia en España, pues sería la de Sánchez.

Pero no solo el Tribunal Constitucional y la Fiscalía, también acontece lo mismo en otras muchas Instituciones y Organismos, igualmente colonizadas por Sánchez: Tribunal de Cuentas, SEPI, Indra, Correos, Paradores, Televisión Española, y así un largo etcétera.

En suma, la "cizaña" que ha sembrado Sánchez está en todas partes. También en la propia "Ciudanía", a través del "muro" que nos ha creado.

Por supuesto, no será fácil erradicar esa "cizaña", pero bien vale tomar ejemplo de los Evangelios y buscar el momento y las formas, porque si nos empeñásemos ahora en arrancar la "cizaña" sin seguir las reglas democráticas –esto es, a través de la Justicia, de los medios de comunicación libres e independientes, de la sociedad civil-, podríamos arrancar también el "trigo", esto es, romper el Estado de Derecho.

El Sanchismo, como el Franquismo, y otros tantos "ismos" que han dado la Historia, tienen su límite y cuando llegue ese momento de la "cosecha" que, de forma inevitable, se producirá habrá que echar a la "hoguera política" a toda la mala cizaña. En ese cometido estaremos todos aquellos que no compartimos la forma de hacer política y de entender la Democracia que ha venido a implantar Sánchez y ello porque, por más que intente desanimarnos, es incuestionable que no lo va a conseguir, toda vez que pese a las dificultades y los obstáculos cada día son más los ciudadanos que se dan cuenta de la tropelía y, a base de inteligencia y de tesón sin límite, lograremos que la Democracia española recupere su lugar.

No está quitado, por otra parte, que cuando el personaje caiga en desgracia también se sumen en "echar a la hoguera política" a los sanchistas aquellos que no gocen de las prebendas de los "cizañosos" colocados por Sánchez, porque hemos de tener n cuenta que no hay "tetas" para todos y los "Brutos" de turno ya se encargarán, a su vez, de hacer su particular "justicia" entre sí, porque, no en vano, "no hay peor cuña que la de la propia madera".