Ignacio Miranda

Riendas en banda

Ignacio Miranda


Calamidad al cuadrado

08/11/2024

Los romanos ya sabían que uno de los rasgos más característicos de la Península Ibérica era la escasez de lluvias y su distribución irregular en el tiempo, circunstancia que aconsejaba retener agua en los cursos para el largo estiaje. Ese fenómeno era más habitual en todo el Levante, con un paisaje de ramblas, torrentes y barrancos secos casi todo el año, salvo en otoño por efecto de la gota fría. De ahí que, a la hora de hablar de un embalse, vinculemos sólo su utilidad al almacenamiento de agua, y no a su otra gran función: la regulación del caudal para evitar avenidas. De hecho, la presa de Irueña, en Salamanca, se ejecutó con este fin ante de las crecidas del río Águeda a su paso por Ciudad Rodrigo.

La irresponsabilidad manifiesta de nuestros gobernantes, su pánico a tomar decisiones y la lacerante descoordinación entre administraciones son algunas de las causas de la tragedia ocurrida en la Huerta Sur de Valencia tras la DANA, antes y después de la riada. Pero conviene profundizar más. ¿Por qué no se han llevado a cabo las obras de protección proyectadas en esos municipios por los que discurre el barranco del Poyo, que por sus características carece de regulación, cuando se trata de zonas inundables? ¿Por qué se permite construir allí edificios con bajos habitados y garajes subterráneos cuando existe riesgo claro, agravado por el clima mediterráneo? Casi tres millones de españoles viven en áreas de peligro.

El desastre de Biescas sirvió para recapacitar sobre la temeridad de autorizar un camping en un cono de deyección de alta montaña. El agua siempre busca su salida natural de descenso. Con tanta tecnología digital se nos olvida que la fuerza de la naturaleza es imparable. Ingenieros de caminos, geólogos, arquitectos y geógrafos deben ponerse manos a la obra para prevenir más desgracias. Los políticos, por ineptos, bordes y cínicos, al margen. Estamos ante las dos acepciones del término "calamidad": catástrofe, por un lado, y persona inútil, por otro. Calamidad al cuadrado en medio de la muerte, el lodo y la ruina.