Ávila no tiene salida al mar, ni tampoco tiene ríos caudalosos que la rodean, sin embaro transitando, ya, por el primer cuarto del s XXI aflora un nuevo tipo de isla o mejor islote (peñascos grandes, sin vida humana rodeados por agua) en el centro de la península.
El año que acabamos de cerrar no trajo para Ávila noticias positivas ni en su inicio, ni en su final. Mientras el pasado enero el ministro – Puente- reconocía que Ávila tiene un problema de conexión férrea con Madrid (en febrero escribí que el ministro no vendría a Ávila, no ha venido y no va a venir pues no tiene solución), el pasado diciembre el propio ministro anunciaba la conexión AVE con Portugal irá por Toledo y Talavera de la Reina.
La Capital abulense, por decisiones de unos antes y de otros ahora, ha quedado como una verdadera isla ferroviaria. Obviada de cualquier conexión al AVE, sin embargo, se encuentra cercada por las líneas AVE Noroeste y la futura línea – 2030- Lisboa-Madrid por el Sur. Sin líneas de alta velocidad que atraviesen esta provincia, sin embargo, los habitantes de las localidades de la Moraña y las del Valle del Tiétar van a tener mucho más cerca poder subirse a un AVE que los de la propia Capital. No parece que siga teniendo sentido ni seguir denominando a Ávila como provincia, ni que Ávila sea su Capital.
Esta falta de conectividad férrea, rápida y segura (el tren convencional actual es del siglo pasado), es sinónimo de ruina, paro, miseria y despoblación. No querer afrontar que, en este tema, la gestión política – de la que dependen esta y otras cosas-, se está haciendo muy mal es falsear la realidad sin ningún propósito de enmienda, ni asunción de responsabilidades. Un conjunto de decisiones y de no decisiones mantenidas contra viento y marea que plantean un claro horizonte de aislamiento.
La U.E. lleva en sus principios, normas y decisiones que nadie pueda ser discriminado, ya sea directa o indirectamente. A fin de garantizar que todos los ciudadanos de la Unión, sus agentes económicos y entidades locales puedan disfrutar de los beneficios que se derivan de la creación de un espacio sin fronteras se viene favoreciendo la interconexión y la interoperabilidad de las redes ferroviarias nacionales debiendo los Estados miembros promover un sistema ferroviario accesible a todos. En el caso abulense se habrán dado cuenta que no es así.
Descongestionar las carreteras europeas (ZBE, límites de circulación, etc.) es también objetivo final, al que la no contribuye el que no se revitalice el ferrocarril abulense y que hará que si no se remedia Ávila –solo se puede salir o entrar por carretera- tenga un parecido más que razonable con La Isla de la Tortuga – Haití- famosa por ser en el s. XVII refugio de piratas y filibusteros, pero sin playas, ni aguas turquesas, ni tesoros que mostrar.