Álvaro Mateos

El Valtravieso

Álvaro Mateos


Hacer frente a los temporales y las adversidades

07/01/2025

Es evidente que la dana que afectó a las comunidades valenciana y de Castilla-La Mancha en el mes de octubre ha cambiado nuestras vidas también en lo que suponen las previsiones meteorológicas de cara a cualquier celebración. 

El mejor ejemplo es lo que sucedió con las cabalgatas de Reyes, ante unas precipitaciones con las que años atrás se había hecho frente, saliendo las carrozas de Melchor, Gaspar y Baltasar bajo la nieve y un fuerte viento. He de decir que valoro y considero acertada la decisión que se tome en aras a ser responsables. 

Sin embargo, ahora nos curamos en salud ante cualquier adversidad e incluso adelantamos la llegada de los magos a nuestros pueblos y ciudades, de tal forma que si tienen que desfilar un día 4 de enero, pues se hace y punto; ya daremos las explicaciones oportunas a los pequeños de la casa. 

Por una parte, ser tan precavidos en líneas generales está bien, pero hay que estar muy seguros antes de tomar la decisión; casi como en los momentos previos a una procesión de Semana Santa con el hermano mayor y el capataz a las puertas del templo que acoge las imágenes titulares. 

Nos vemos obligados a convivir con la meteorología para casi todo; pero nos llevamos las manos a la cabeza cuando vemos que todos echamos mano del coche el día que llueve. En eso, como en tantas otras cosas, nuestros mayores que dependían del campo, del tiempo, de las cosechas y los animales, nos podían dar más de una lección. 

Porque, a la hora de cancelar actividades cotidianas, como las escolares, por motivos meteorológicos, se toman decisiones que conllevan una gran responsabilidad, pero hay ocasiones que llegan a causar graves inconvenientes, desde el punto de vista de la conciliación, por ejemplo. Y todos, a rehacer planes, pedir permisos, afrontar la jornada de otra manera, o lo que sea. 

Dicho lo cual, afrontamos el inicio de un nuevo año con buenos propósitos, con metas que tal vez se nos han hecho difíciles en otros periodos y ahora queremos llevar a cabo. De todos depende que seamos capaces de cumplirlas con las adversidades que a buen seguro nos encontraremos. 

Echar coraje a la vida muchas veces supone capear el temporal, ponerse un impermeable o agarrar un paraguas. Utilizar excusas, muchas veces justificadas, nos hace engañarnos y caer en la trampa de la procrastinación-ahora tan de moda, tanto la palabra como la acción-, así que es buen momento para plantearnos buenas dosis de aguante, que siempre que llueve escampa. 

No quiero terminar sin aclarar que valoro y comprendo todas las precauciones, que no me cansaré de agradecer el trabajo de agencias, instituciones y organismos que velan por la seguridad de todo cuanto se celebra en las calles, pero también es lógico reclamar un poco de cordura.