Qué poco necesitamos los abulenses para ilusionarnos otra vez con algunos proyectos. La visita del secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí, al Palacio de los Águila para contemplar la evolución de unas obras de rehabilitación eternas han permitido que se vuelva a atisbar en el horizonte como una realidad factible la posibilidad de que ese edificio albergue algún día obras bajo el sello del Museo del Prado.
Sin duda, el proyecto del que ahora se habla, el Prado Extendido, poco, o nada, tiene que ver con aquel proyecto original que se iba a desarrollar en el que el Palacio de los Águila se iba a convertir en una subsede de la primera pinacoteca de España, toda una revolución que, con el paso de los años, acabó encontrando muchas trabas hasta que hubo que desistir de esa posibilidad. En estos momentos, ese edificio, con su Sala Prado, se convertirá en uno más de ese proyecto del Museo madrileño en el que también se engloban decenas de museos de toda España y que busca extender la marca Prado por toda España.
Pero para que eso llegue todavía habrá que esperar, al menos, un año y medio, toda vez que, una vez culminadas las obras en el palacio del siglo XVI y en el edificio colindante de nuestra construcción, aún está por acometer la restauración de las caballerizas y el ajardinamiento, actuaciones que todavía no están licitadas y que tendrán un plazo de ejecución de 18 meses, así como el proyecto de musealización. La intención es que todo ello discurra de forma paralela y se consigan acortar plazos. Pero no habrá que hacerse muchas ilusiones viendo el recorrido que ha seguido todo el proyecto desde sus orígenes.
No obstante, esa realidad parece más próxima. La visita del secretario de Estado de Cultura, la primera oficial de un alto cargo del Gobierno en 14 años, no deja de ser una muestra de que este proyecto ya no tiene vuelta atrás, y que tarde o temprano el Palacio de los Águila se convertirá en un nuevo espacio museístico de la ciudad de Ávila de primer orden. Mucho se está haciendo esperar, demasiado; quizá no será lo que se soñó en un primer momento;pero llegados a este punto lo más realista debería ser consolidar lo que se ha conseguido, porque intentar dar una vuelta de tuerca al proyecto lo único que puede traer consigo es que acabe explotando y se quede en nada.
Es el momento de que el Ministerio de Cultura y la Junta de Castilla y León comiencen a definir con claridad ese proyecto de musealización, en el que convivirán el Museo de Ávila y la Sala Prado, dos marcas que están predestinadas a caminar juntas en el futuro del Palacio de los Águila y a las que se les puede sacar un excepcional rendimiento para convertirse en un referente cultural de la ciudad que consigan tener un reclamo nacional y, por qué no, también internacional.
El interior del Palacio de los Águila ya luce un aspecto espectacular tras su rehabilitación. Y ahora sólo queda dotarle de contenido. Quizá lo más difícil se ha conseguido. Ahora sólo queda dar el remate final. Y es que, como decía al principio, y después de tanto tiempo, qué poco necesitamos los abulenses para ilusionarnos otra vez.