Cuando la vida no te motiva. Cuando no vives trescientos sesenta y cinco días al año sino el mismo día trescientas sesenta y cinco veces. Cuando tiras la toalla antes de tiempo si apenas pelear, es cuando te has convertido en una persona quemada.

¿Cómo sé si me estoy quemando? ¿Cómo puedo evitarlo? En primer lugar solemos pensar que las personas quemadas lo están porque tienen demasiadas tareas que hacer y no pueden con todas, y nada más. Hay un fantasma detrás que no se ve, la infelicidad. Ser infeliz y aguantar parece ser lo que le queda a mucha gente porque es el camino que parece generar menos estrés. Si trabajas como hasta ahora y además intentas cumplir con tus citas con la misma energía forzada, la que finges tener cada día para aparentar que estás bien, caerás en un pozo del que después no podrá tapar ni el mejor de los maquillajes. Entonces llega el día en el que se acabaron las risas y tu cara ya no puede disimular, no eres feliz y lo peor es que no sabes cómo salir de ahí.

El síndrome del agotamiento emocional afecta a cada vez más personas sin importar la edad, ni su trabajo ni el domicilio. Se describe como un estado de cansancio crónico producido por demasiadas demandas personales y profesionales. Piensa en una persona que insiste en que todo va bien. Actúa cada día como el anterior y al día siguiente hará lo mismo. Y pasado mañana. Un día esa persona se parará, como hacemos todos, a reflexionar cómo le está yendo en la vida, si está cumpliendo con los objetivos que se había propuesto o al menos está caminando en su dirección. De repente sabe que solo hace eso, cumplir. No hay lugar para lo nuevo, no tiene tiempo para improvisar, para equivocarse y rectificar, encontrar soluciones divertidas a problemas fastidiosos. Cada día que vive es una copia del día anterior. Así que suprime el nudo que le ha salido en el estómago escondiendo lo que siente con frases como "ya me divertiré más adelante, ahora tengo cosas que hacer".

El síndrome del Burnout nunca llega solo, viene precedido por otros como el "Síndrome de la felicidad aplazada" que deja a sus víctimas en una constante espera a que las cosas mejoren para mejorar ellos también. Las enfermedades mentales son muy parecidas a las físicas en tanto que la persona que las padece sabe que si no hace algo para solucionarlo, el tiempo agravará la situación hasta volverla crónica. A pesar de la treintena de centros de psicología que tenemos en Ávila capital, casi ninguno es usado para resolver este tipo de trastornos por ser considerados ajenos a un problema de orden psicológico. 

Si te tratas como una máquina de cumplir obligaciones, si dices que la diversión es para después, si te enfrascas en las mentiras que te cuentas para seguir cada día de la misma manera, lo que haces es debilitar tu carácter y prepararle para fallarte en cuanto aparezca la primera adversidad. No vale la pena fallarte de esa manera, ni fallarle a los demás. Tienes que darte el debido respeto antes de que el tiempo se te agote.