No hay duda que nuestra ciudad va avanzando poco a poco en cuanto a accesibilidad se refiere, sobre todo en el centro neurálgico y zona intramuros, aunque aún quedan algunas calles en las que los adoquines mal puestos en su día y hoy hundidos, hacen compleja la circulación incluso de los automóviles.

Pero el poder llegar a ese centro más o menos adaptado, tanto desde la zona sur como desde la norte de nuestra ciudad es otra historia. A pesar de los esfuerzos, que hay que reconocer, de la actual Corporación Municipal, aún falta mucho para ofrecer a los abulenses y visitantes un verdadero acceso sin barreras, y simplemente se ha convertido en una comodidad para subir (que no bajar) en ambos puntos de Ávila.

En el caso de las escaleras mecánicas existentes junto a la iglesia de San Pedro está clara la imposibilidad de subir tanto sillas de ruedas como con carritos de niños. Es decir "comodidad frente a accesibilidad real". También hay que reconocer que la fuerte inclinación del lugar no facilita el posicionamiento de rampas o de escaleras mecánicas con escalones adaptables a sillas de ruedas (que las hay). La dificultad añadida de que salvo en circunstancias excepcionales son sólo de subida, hace también afirmar que el trabajo está a medio terminar.

Más controvertidas aún son las rampas mecánicas en la plaza de Ajates. Un verdadero laberinto con un diseño más que discutible y muchas más escaleras de las que antes había, pero ahí sí pueden subir sillas de ruedas que no sean muy anchas y coches de bebés; eso sí, bajar bajar….. ¡No! Aquí se ha perdido un excelente oportunidad porque una simple rampa de cemento permitiría bajar a los que ha subido. Pero bueno, nunca es tarde, porque la placita anterior y posterior a este mausoleo pétreo son buenas candidatas para hacer unas bajadas adaptadas y para que los que han subido puedan bajar. Tal vez algún día, o con otros presupuestos o cesión de la UE.

A pesar de que la accesibilidad está considerada como derecho universal, es algo mucho más complejo de lo que a simple vista parece en todas las ciudades, y la comodidad de la que antes hablábamos no está reñida con la accesibilidad sino que son, o deberían ser, dos conceptos complementarios, por ejemplo una acera bien diseñada con pavimentos uniformes, rampas de acceso y pasos para sillas de ruedas ofrece accesibilidad y comodidad a todos los ciudadanos. Este aspecto en nuestra ciudad poco a poco va mejorando, aunque aún hay muchas aceras con farolas en medio que casi no dejan pasar ni a las personas que van a pie.:-(