
Foto: Ana Jiménez
Cuando uno era apenas un adolescente, el cantautor Manolo Díaz lanzó su grito en forma de canción titulado igual que este artículo. Conservo el single con aquella vitamínica canción del año 1969 que yo oía, aún imberbe, de forma incansable: La juventud tiene razón hay que seguir luchando por aquellos que no tuvieron tiempo de gritar. La juventud tiene razón hay que seguir luchando por un mundo mejor donde se grite la verdad. Gritad la verdad, gritad la verdad. Estos versos no gustaron a los censores franquistas, que prohibieron su emisión en la televisión. A pesar de ello, causó un gran impacto entre la juventud. Había ganas de cambiar las cosas, de acabar con la dictadura, el miedo, el conservadurismo, la pobreza, la opresión… ¡Había tanto que cambiar!
Según de qué hablemos, habremos de dar la razón a la juventud de cada momento histórico… O no. La última encuesta financiera del Banco de España, señalaba que en los últimos veinte años sólo han aumentado su patrimonio los hogares cuyos miembros son mayores de 65 años, precisamente los que vivimos aquellas esperanzas y luchas por el cambio. Sigue la encuesta señalando que en los últimos quince años la brecha entre el segmento de edad 16-29 años y los mayores de 65 ha pasado del 16% al 28% de diferencia a favor de los mayores. Si los jóvenes conocieran estos datos… También en el segmento de edad entre los 35 y 44 años la riqueza media cayó casi a la mitad. Las causas principales serían el estancamiento de los salarios y el precio desorbitado de la vivienda. Quizá haya que apuntar otros factores, como vivir en una sociedad consumista y el haber crecido en un entorno familiar y social que les aboca al consumo para no ser diferentes al resto o ser marginados por la marea mayoritaria de su generación.
En apariencia, parece que la actual juventud no es tan luchadora como la que cantaba aquella vieja canción. Uno difícilmente se explica que los jóvenes no estén en la calle reivindicando, un día sí y otro también, salarios justos, trabajo y solución a los problemas de acceso a la vivienda. Razones más que fundadas para ello tienen. Cuando hablamos de cualquier generación, tendemos a considerarlas como masa uniforme y a hacer juicios de valor para todas y todos los que en ella caben. Pero al conocer a jóvenes de manera individual, uno sabe que son gente excelente, con inquietudes, que aman a los suyos… Y que no ven claro su futuro y que no tienen ese sentido de generación que ha de pelear junta por su futuro y por unos valores democráticos.
Cada ser humano es llevado por las corrientes de su momento histórico, de su origen económico y lugareño, de sus oportunidades, piel, familia, sexo… Lo que Ortega decía de las circunstancias. Los cantautores de hoy puede que sean los raperos, como por ejemplo Lytos en su canción Educando esclavos: Aprendí sobre el espectro de la luz / Que no se ve, pero nunca a comer sano o a cultivar mi comida / Nuestra conocida la generación perdida / Una juventud aburrida y de aspiraciones prohibidas / Mentes atrevidas, sometidas a ser prisioneros / Que su única salida es escapar al extranjero. Escuchemos a los jóvenes, quizás tengan razón porque tienen sus razones.