Renfe daba a conocer esta pasada semana el número de viajeros que se registraron en la estación de trenes de Ávila en 2023: 1.014.900. Esta cifra supone un incremento en la cifra de usuarios del 59,55% respecto a la registrada en 2022, cuando fueron 636.000 las personas que o bien subieron a un tren en la estación de Ávila o bien bajaron en ella. Y también representa un registro que incluso supera los datos de viajeros que se daban cuando se empezó a cimentarse la pérdida de servicios ferroviarios, allá por el año 2008, cuando se puso en marcha el AVE Madrid-Segovia-Valladolid, que llevó a que todos los servicios de Larga Distancia que antes circulaban por la capital abulense dejasen de hacerlo para ser derivados a esta línea.

La razón de ese crecimiento exponencial en el número de viajeros experimentada en el año 2023 tiene una explicación clara: la gratuidad de los abonos de Media Distancia para los viajeros recurrentes, usuarios que muchos de ellos apostaban anteriormente por otros medios de transporte para llevar a cabo sus desplazamientos y que, ante esos beneficios económicos que reporta el viajar en tren, han decidido apostar por el ferrocarril, a pesar de todos los inconvenientes que presenta, especialmente por la duración de los viajes a Madrid.

Estos datos lo que nos demuestran es que los abulenses apostamos por viajar en tren, siempre lo hemos hecho, y lo haríamos más si las condiciones que se nos ofrecen fuesen mejores. La pérdida de viajeros que se ha ido registrando paulatinamente desde el año 2008 ha venido motivada por la pérdida de servicios (¡qué tiempos aquellos en los que desde Ávila se podía viajar hasta Santander, Málaga o Barcelona, por citar unos pocos ejemplos!) y por unos tiempos de viaje (sobre todo con Madrid) que son inasumibles en pleno siglo XXI. Ahora bien, en el momento en que se ha producido una circunstancia mínimamente favorable -y la económica es una variable a tener muy cuenta, y más en los tiempos que corren- los abulenses hemos regresado al tren.

El Ministerio de Transportes (el ministro ya está tardando en cumplir su compromiso de experimentar cómo son los viajes en tren hasta Ávila) y Renfe deben tomar nota, y hacerlo pronto. Porque llegará un día en que esos abonos dejen de estar operativos y nos devolverán a la triste realidad que se ha ido padeciendo en los últimos años. Y únicamente se podrán mantener esas cifras de viajeros si se avanza en la implantación de servicios que se adapten a las verdaderas necesidades de los abulenses y se ofrecen tiempos de viaje realmente competitivos. Si no lo ocurrido en 2023 será un hecho pasajero.