Carolina Ares

Escrito a tiza

Carolina Ares


¡Escuchad el repiqueteo!

03/02/2024

Yo las amo, yo las oigo…
Un amigo me contó que, durante el incendio forestal de Navalacruz, fueron las campanas las que avisaron de que se acercaba el fuego a su pueblo, despertando incluso a quienes dormían. Desde el momento en que el repicar los reunió en la plaza, hasta que los desalojaron, los vecinos hicieron lo que pudieron para impedir que las llamas se acercasen a sus hogares. Y todos pudieron participar gracias al uso de una tradición ancestral que está en peligro, pese a haber sido declarado Patrimonio Mundial Inmaterial: los toques de campana. Afortunadamente, aún hay gente que lleva a cabo labores etnográficas vitales para recordar cómo nos comunicábamos antaño y evitar perder tradiciones tan valiosas.
Como los pájaros, ellas,
La semana pasada descubrí en las noticias un lugar maravilloso: tantalan.com. En está página web, el campanero mayor de internet, Silberius de Ura, más conocido en su faceta musical como Neonymus, ha recorrido la geografía de nuestro país grabando y fotografiando campanas, sus sonidos independientes, los distintos toques que llevan a cabo en cada lugar y, mientras suenan, se iluminan las campanas que se usan. Además cuenta con juegos y está pensado no solo con la intención de ser un archivo por si llegase el triste día en que dejaremos de tocar del todo las campanas, sino también como una manera de acercar a la gente joven este lenguaje tan antiguo, que no desfasado, a través del idioma que mejor conocen: las nuevas tecnologías. Una labor etnográfica brutal, financiada de su propio bolsillo, por puro amor y creencia en lo que hace. 
Y en sus notas, que van repitiéndose…    
En este momento, los abulenses solo contamos con una campana registrada, la de la iglesia parroquial de San Miguel en Valdemolinos, pero esto puede cambiar y depende de nosotros en gran medida, así que presten atención: la web está abierta a colaboradores, que pueden hacer las fotos, grabar los toques y subirlos. Por otra parte, seguramente se pueda hablar con en campanero para ver otras opciones. En cualquier caso, la clave está en implicarse en el proyecto porque muchas veces la salvación de los vestigios del pasado surge por iniciativas admirables de gente extraordinaria, pero estos planes perviven con la implicación de la gente.
Si por siempre enmudecieran…
Las campanas en otro tiempo eran tanto para la gente que fueron objeto de poesía. Machado, Poe, Lorca, Neruda o Rosalía. La poesía de lo cotidiano, de la vida que nos rodea pero también de la mística, espera una sentencia, la de su supervivencia. 
¡qué tristeza en el aire y el cielo!,
¡qué silencio en las iglesias!,
¡qué extrañeza entre los muertos!
Gracias al campanero mayor de internet, siempre podremos oírlas, aunque sea con melancolía por lo perdido. En nuestra mano está que no queden reducidas a salir de un altavoz, condenándonos a recitar estos versos de Rosalía.