Ricardo Guerra Sancho

Desde mi torre mudéjar

Ricardo Guerra Sancho


Días de mucho... cuesta de enero

12/01/2025

Tengo que reconocer que tantas actividades que han llenado todas estas fiestas navideñas, de todo tipo y para todos los gustos y edades, me han sobrepasado, porque a veces, son noticias de alcance y puntuales, y muchas de ellas ha dado este Diario. Otras ocasiones son cosas que se prestan más al pensamiento, o sólo son un tema para estas líneas que cada semana ofrezco a nuestros lectores que, a veces, se atragantan, se presentan desordenadas de tal modo que no sabes por donde empezar, o qué destacar más.
Aquejado que estoy de la fruta del tempo, que se aferra descaradamente a no dejarme en paz, y aún más por las persistentes nieblas frías y 'meonas' como aquí decimos, que el suelo estaba húmedo como si acabara de llover. O esas primeras heladas que te enfrían hasta los huesos. 
Pero quiero destacar algunas cosas, que ya no estoy tampoco para asistir a todas, y menos cuando algunas coinciden y no dan tregua, pero que han llenado la ciudad de atractivos de calidad para delicias de las gentes. 
Una San Silvestre espléndida, a pesar del intenso frío, que varios días apenas las temperaturas han subido de 1 ó 2 grados. Mucha participación y expectación, que han convertido, también la de los niños de la mañana, en unas carreras de referencia. 
Otro gran espectáculo tan esperado, la Cabalgara de Reyes, ha sido espléndida. El mal tiempo presagiaba lo peor, había ciudades y sitios que estaban alterando el día de celebración, o cambiando la hora del inicio intentando esquivar las lluvias amenazantes que mostraban los medios, principalmente ese hombre del tiempo que todos llevamos en nuestros bolsillos, el móvil, que es curioso que cada vez acierta más y también de vez en cuando no se ponen de acuerdo en sus dispares pronósticos, que parece que las guerras comerciales de las operadoras también se reflejan en lo que ofrecen y según que marca tienes un pronóstico dispar.
Aquí daban lluvias, más que en días anteriores que pasaron sin ser vistas. De hecho, la cabalgata comenzó con una lluvia 'moja bobos', pero amainó de tal forma que la comitiva real avanzó entre muchísimos espectadores, los niños en su noche feliz y los grandes que igualmente somos felices viéndoles a ellos. Mucho acompañamiento de figurantes, bellas carrozas, comparsas y músicas charrangueras, eso sí, con músicas navideñas. Los Reyes Magos de Oriente acudieron a la cita con toda la parafernalia al uso, recibidos por la corporación junto a la estatua de Isabel y acompañados al balcón municipal para el saludo a los niños arevalenses y comarcanos, con unas sabias palabras de Melchor, el portavoz de sus majestades, amor, felicidad, faz… pero que sonaros auténticas y cariñosas que despierta de nuevo a ese niño que todos llevamos dentro… ¡Yo quiero vivirlo como un niño! 
El trancazo me tiene postrado y con las ideas confusas, necesito ponerme en modo relax, aclarar y ordenar los temas que se avecinan. Y por eso, en mi retiro momentáneo del trancazo estoy releyendo temas y volviendo a ver la serie de Isabel sosegadamente y con mirada de escudriñador porque es llegado el momento de reavivar el tema, de recordar momentos históricos en relación con Isabel y "la mi villa de Arévalo".
Pero esto ya será para otra ocasión, que se me acaba el papel y ha comenzado ya la cuesta de enero…