José Manuel Maíz

La bombonera

José Manuel Maíz


Optimismo

02/11/2023

Aunque nos cueste reconocerlo, el carácter del castellano y leonés, y los abulenses no escapamos de esa visión, es eminentemente pesimista. Esto nos lleva a levantar muros y a ponernos obstáculos, en muchas ocasiones, allí donde no existen, y eso limita nuestras posibilidades de crecimiento, de superación, de afrontar metas más altas que están a nuestro alcance. 
Decimos que somos conservadores, en el más amplio sentido de la palabra, y que para dar un paso al frente tenemos que ver totalmente despejado el horizonte, sin ningún peligro que nos aceche, por temor a que podamos retroceder dos. Por este motivo, y más en el ámbito empresarial, es fundamental que una provincia como Ávila cuente con emprendedores que sean capaces de derribar esas barreras, y marquen el camino para que más gente como ellos sean capaces de avanzar, de crecer, de mostrar que existen grandes oportunidades que están al alcance de la mano, pero hace falta, en primer lugar, afrontar con optimismo esas empresas, y siendo conscientes de que es necesario aunar espíritu de trabajo, innovación, atrevimiento y, por qué no, también contar con esa pizca de suerte necesaria cuando se pone en marcha cualquier proyecto. Para esa suerte, cuando los cimientos son sólidos, las ideas brillantes y se cuenta con un equipo formado que sea capaz de desarrollarlas, suele sumarse con naturalidad.
Este pasado martes tuve la oportunidad de asistir a una jornada organizada por Iberaval y Diario de Ávila, donde bajo el título de 'Empresa y financiación, la realidad de la etapa post-pandemia' se presentaron tres caso de éxito empresarial de la provincia de Ávila, en campos tan distintos como las nuevas tecnologías (Nagami Design), la agroalimentación (Morcillas de Sotillo Pablo Díaz) y la hostelería (Sibuya Bar). Tres casos que demuestran que la diversificación empresarial es posible en Ávila, que se pueden dar condiciones, y de hecho se dan, para emprender con éxito en esta provincia, pero es fundamental tener las ideas muy claras y que hay que ser capaces de innovar para adaptarse a las dificultades que puedan surgir, incluso es posible salir reforzados de situaciones tan complicadas como las que planteó la pandemia de la covid-19. Y es esencial también contar con entidades como Iberaval, que son capaces de dar ese soporte financiero esencial para poder dar ese paso inversor. Porque como muy bien dijo Pedro Pisonero, director general de Iberaval, «no puede quedarse en Ávila ningún proyecto viable sin financiación». Porque en el marco económico en el que nos movemos difícilmente van a venir desde fuera a marcarnos el camino, y tenemos que ser los propios abulenses, con empresas como éstas, las que labremos el futuro de esta provincia, sin complejos, abriendo la puerta a comercios nacionales e internacionales. Y muchas veces no hay que irse muy lejos, porque tenemos al lado a Madrid, una oportunidad a la vuelta de la esquina que te «salpica» constantemente, a pesar de que haya condicionantes (especialmente en el tema de las comunicaciones por carretera y por ferrocarril) que no siempre favorecen. Pero, a pesar de ello, es fundamental que Ávila se sepa vender y que crea en sus posibilidades. Ese carácter pesimista no ayuda, y entre todos hay que tratar de dejarlo a un lado. Algunos ya lo están haciendo y no hay más que seguir su ejemplo para ser conscientes de que es posible.